Cerdos de Irlanda contaminados por dioxinas, nueva alarma alimentaria

Cerdos de Irlanda contaminados por dioxinas, nueva alarma alimentaria
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Otra nueva alarma alimentaria causa el miedo de los consumidores, cuando todavía están en la memoria de millones de consumidores las catastróficas consecuencias del mal de las vacas locas. En este caso se trata de cerdos de Irlanda contaminados con dioxinas, sustancias tóxicas presentes en el pienso, que contaminan la carne de estos animales y que al ingerirlas pueden causar daños en la salud a largo plazo.

Afortunadamente, las alarmas han saltado con rapidez y ya se están llevando a cabo las medidas oportunas para la retirada de estas carnes y de todos aquellos productos derivados, bacon e incluso salchichas y pizzas elaboradas con carne procedente de estas explotaciones. Y mejor, según afirma Bruselas y el ministro de Sanidad español, Bernat Soria, España está fuera de peligro al no haberse detectado importaciones de estos productos contaminados.

Otra vez más, los piensos contaminados son los responsables del problema, como ya ocurriera en ocasiones pasadas con el mal de las vacas locas, en 1996, en Reino Unido, o los pollos contaminados con dioxinas en Bélgica en 1999. En Holanda y Bélgica se detectaron dioxinas en la leche de los animales en 2004 y 2006, respectivamente, consecuencia de la contaminación del pienso.

Son una veintena de países afectados. El mayor importador es Gran Bretaña, seguido de Alemania, Francia, Italia y países del Este. En España, a pesar de no haberse detectado importaciones directas de carne contaminada, las investigaciones se centran en el posible riesgo en salchichas envasadas.

La lista completa incluye Bulgaria, Italia, Alemania, Holanda, Polonia, Suecia, Bélgica, Dinamarca, Estonia, Francia, Portugal, Chipre y el Reino Unido; junto con Estados Unidos, Japón, Rusia, Singapur, Suiza, Hong Kong, China, Canadá y Corea.

Es loable la rapidez con que la UE e Irlanda han reaccionado ante este nuevo caso, pero por mucho que los gobiernos y responsables de la salud pública nos intenten transmitir tranquilidad y la sensación de que todo está controlado, los consumidores vemos un nuevo peligro en las estanterías de los supermercados.

Debe ser verdad que las dioxinas no son muy peligrosas, y que hay que consumirlas en grandes cantidades y durante cierto tiempo para que afecten a nuestra salud, pero en gran parte de Europa es previsible que el menú navideño no vaya a incluir mucha carne de cerdo. Seguro.

Vía | El País
Imagen | Flickr
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