Una de las visitas, al menos para mí, obligadas en la zona del Norte de Tenerife es un pueblo llamado Icod de los Vinos. Además de hacer las visitas de rigor, como por ejemplo el impresionante Drago Milenario, hay otra cosa que se puede hacer en este pueblo: visitar las diversas tiendas de vinos, en las que amablemente os darán a catar vinos autóctonos, quesos, y diversos licores.
Yo no me pude resistir a comprar una botellita de licor de platano (una golosina para el paladar) de curiosa marca, Juanita (¿vendrá de ahí la canción de Juanita banana?) Después el descanso del guerrero: ese día toco comer de forma más ligera, ya que entre la media pensión que habíamos contratado en el hotel, y nuestras búsquedas de sitios interesantes al mediodía, algún día había que buscar algo más liviano.
Muy cerquita del parque botánico donde está el Drago ha un parquecito, en él, después de visitar la iglesia podéis tomar asiento en un chiringuito bastante bien montado (con buena sombra) en el kiosko de los músicos. En un día caluroso puede que os apetezca lo que a mi: un sandwich, una cervecita bien fría, y compartir una tapita de camarones, cuya foto os pongo para despertar vuestro odio y vuestra envidia.
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