Angulas, caras y con un dudoso valor gastronómico

Angulas, caras y con un dudoso valor gastronómico
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Hablábamos recientemente del desorbitado precio que ponen a ciertos productos alimenticios en fechas navideñas, lo que está provocando que las comidas y cenas tradicionales se modifiquen, se cambia el lechazo por el conejo, los percebes por berberechos…

Otro de los productos que desaparece de las mesas en estas fiestas son las angulas, y no sólo por el precio, a esto se le suma el peligro real de desaparición y el dudoso valor gastronómico que poseen.

La cría de la anguila se va a mercados como el asiático, también a Holanda y Dinamarca pero en menor medida. Según Ana Otamendi, tercera generación de una familia que inició el comercio de la angula en el País Vasco en los años 20, el 85% de las angulas de su negocio se exportan.

Los chinos compran las angulas a precios desorbitados, hasta 700 euros el kilo, las llevan a sus piscifactorías y las hacen crecer hasta que son anguilas y las venden a Japón.

Pero hay muchos factores que las llevan a su desaparición, el cambio climático, las presas, las turbinas eléctricas, la contaminación, etc. Los países de la UE deben preparar planes de gestión para recuperar la especie, actuación que deberá iniciarse a mediados de 2009.

En el tema gastronómico, el investigador del Laboratorio Arzak, Xabier Gutiérrez, afirma que el valor de la angula en la mesa “es un mito que hay que romper”. No aporta sabor, sólo textura. Es tan joven que no desprende aromas, no tiene grasas, hay que dejarla crecer hasta que se convierta en una anguila de un kilo. Además de evitar el “crimen ecológico”, hay que evitar tener que desembolsar hasta los 1.200 euros por kilo que están solicitando.

Xabier nos recomienda, para disfrutar de un buen pescado, podemos escoger entre un amplio abanico, desde el salmonete hasta el rape, el pulpo o la merluza, pero que tengan un buen tamaño.

Pensamos lo mismo, no hace falta enriquecer a unos pocos ni acabar con las especies para disfrutar de una mesa llena de exquisiteces.

Pero si no quieres bajarte del burro, siempre puedes tomar el sucedáneo de las angulas, el aceite de oliva, las guindillas y los ajos son los amos del plato.

Vía | Terra Más información | Antena3

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