Al admirar el trabajo de artistas como Ana Zaja Petrak no puedo evitar sentir envidia. Sus preciosas ilustraciones, ideales para amantes de la gastronomía, son sencillas pero cautivadoras. A veces creo que en obras aparentemente simples como estas reside la mayor dificultad, y es que si yo intentara hacer algo parecido mucho me temo que no conseguiría crear piezas tan bellas.
Tras finalizar sus estudios en diseño gráfico, esta autora croata residente en Zagreb ha centrado su carrera en el dibujo y la ilustración, que confiesa haber sido siempre su gran pasión. Y viendo su producción es una afirmación de la que no se puede dudar, pues todas sus obras parecen creadas con una gran naturalidad, casi sin esfuerzo. Muchos de sus trabajos, tanto los profesionales como los más personales, se engloban en el mundo de la gastronomía, otro de los placeres que más disfruta.
Las hábil mano de Ana ha ilustrado las páginas de numerosas revistas y otras publicaciones, y también ha elaborado diseños para marcas y tiendas. Pero su inquietud creativa y su deseo de compartir su amor por el dibujo y la comida la llevaron a abrir su propia tienda virtual, bautizada ANEK, donde ofrece reproducciones de sus trabajos para todo aquel que desee dar un toque alegre a su hogar o negocio.
Me gusta mucho el estilo tan particular que esta autora ha ido desarrollando, con un estilo muy característico que rápidamente identificamos con ella y su manera de ver el mundo. Sus imágenes reproducen platos, productos, ingredientes y hasta utensilios de cocina, pero reduciendo las formas y los detalles al mínimo. Es un estilo algo minimalista, ingenuo y sobre todo muy colorido y optimista, siempre con composiciones equilibradas.
Si estáis buscando piezas especiales con las que redecorar vuestro hogar, quizá os interese curiosear por su variado catálogo. La autora ofrece reproducciones de alta calidad en impresión digital, disponibles en diversos tamaños. Muchas de las obras se pueden englobar en colecciones temáticas diferentes, ideales para crear distintos espacios.
La verdad es que ha conseguido contagiarme de esa pasión que dice sentir por los placeres sencillos de la vida, y no me importaría nada poder alegrar un poco mi cocina con sus preciosas imágenes. El problema, como siempre, sería elegir mis favoritas y después encontrar pared suficiente donde poder exhibirlas.
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