Se terminaron las vacaciones y llega el momento de regresar a nuestras rutinas diarias. En época de crisis y ajustes económicos, una nueva preocupación llega a los hogares con respecto a la vuelta al cole de los pequeños de la casa: tanto si nuestros hijos comen la comida del colegio, como si llevan sus propias fiambreras, tendrán que pagar una cantidad en concepto de servicio de comedor.
Además, esta medida no será aplicada por todas las Comunidades Autónomas ni la cantidad a pagar será la misma en todas ellas. Por otro lado, los argumentos para justificar su cobro han sido de lo más diverso. Con todo esto, se ha creado una polémica en torno al tema por lo que nos preguntamos: ¿es correcto que te cobren por llevar tu propia comida al colegio?
Comer en el colegio
Cuando yo era pequeño, la mayoría de los alumnos comíamos en casa, dada la cercanía entre el centro escolar y nuestro domicilio. Aquellos que se quedaban a comer en el cole, los mediopensionistas, eran claramente una minoría, por el coste y la escasez de las becas de comedor. Con el acceso al mercado laboral de la mayoría de las mujeres, el número de alumnos que usaron el servicio de comedor en nuestro país aumentó notablemente.
En la actualidad, con el fin de reducir los gastos dada la situación económica, muchos padres prefieren optar por preparar en casa la comida para sus hijos y que ellos se la lleven en fiambreras, con el consiguiente ahorro al no tener que pagar el comedor. Esto mismo están haciendo muchos adultos que en lugar de comer de menú del día en un restaurante, también se llevan su comida en un tupper a la oficina, sin tener que pagar nada en su trabajo por comer allí.
Justificación del cobro
En el ámbito escolar se ha justificado el cobro de una cantidad que, aunque se califica de simbólica, ronda los 3 euros diarios en las Comunidades que han anunciado su cobro, relacionándolo con la vigilancia y supervisión por monitores, que lógicamente tienen un coste. También se ha justificado con los costes de microondas para el calentado de los alimentos, y otros argumentos que a veces suenan algo peregrinos e improvisados.
Por otro lado, se intenta desincentivar el uso de esta opción de llevar su propia comida a los alumnos, por motivos nutricionales, relacionados con el equilibrio de menú semanal, y otras razones similares, prediciendo intoxicaciones y problemas de salud.
Las familias han dado de comer a sus hijos y a los adultos desde siempre, esto no es algo nuevo y hasta ahora se defendía la comida familiar como la más sana y apropiada. Es cierto que la preparación que tenemos los padres en temas de salud y en temas de conservación puede no ser la deseable, pero eso se solucionaría, por ejemplo con la edición de un pequeño manual de consejos para la elaboración de los menús.
Aunque habría que analizar todas las posturas y valorar caso por caso, en principio cobrar por llevar la comida al colegio me parece injustificable, aparentemente me parece que la motivación principal es un afán recaudatorio y conseguir que el cobro de la cantidad resulte desincentivador, ya que si comer en el colegio cuesta alrededor de 6 euros diarios y el servicio de comedor para los que lleven su tupper va a estar en torno a 3, poco se va a ahorrar por hacer la comida en casa.
Me pregunto qué ocurrirá con los que opten por una alimentación más británica y decidan desayunar fuerte en casa, y a mediodía alimentarse con unos sandwiches o bocadillos. ¿Les cobrarán también por sentarse a la mesa con sus compañeros?
A mí toda esta polémica me ha recordado al monólogo de Gila cuando llamaba al colegio para que le explicaran la factura de su hijo y veía que le cobraban también en concepto del desgaste del patio. En conclusión, lo de cobrar por llevar la comida al colegio es un tema bien polémico que además está provocando situaciones difíciles y tensión entre los gobernantes y los padres y madres de alumnos. ¿Creéis que hay alguna otra opción?
Fotos | Chidorian | MuniMiraflores
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