Hacen falta más máquinas expendedoras de fruta fresca

Hacen falta más máquinas expendedoras de fruta fresca
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Hacen falta más máquinas expendedoras de fruta fresca, me explico, trabajo en un complejo industrial muy grande, donde si en mitad de la mañana te entra un poquito de “gusa”, casi nadie tiene la posibilidad de ir al bar o tienda más cercanos, a comprar algo para matar el gusanillo, ya que cualquiera de las dos cosas están a 3 kilometros.

Sin embargo en las instalaciones de la empresa podemos encontrar máquinas expendedoras donde podemos comprar multitud de productos industriales, con chocolate, sin chocolate, con cabello de ángel, patatas fritas, maices, bebidas diversas, en fin una amplia selección para engañar al hambre mientras abren el comedor. Aunque lo que muchísima gente echa en falta es una máquina expendedora de fruta fresca.

Los motivos para no instalarlas los imagino perfectamente, si se coloca una máquina al lado de un colegio de primaria, está claro que no resultará rentable para los propietarios, ya que estás requieren más atención que unos pastelitos que caducan al mes y los niños no tienen pinta de querer comprar una fruta ni por casualidad.

Aunque se pueden llevar una grata sorpresa, si las instalasen en centros de trabajo, universidades e institutos (este es el deseo de la madre de una adolescente), sobre todo si tenemos en cuenta que todos estamos empezando a estar más concienciados en los beneficios de una buena alimentación y, que los productores están ofertando, fruta fresca envasada individualmente o troceada y envasada, a precios bastantes razonables. A esto le podemos sumar que las empresas de vending no tiene que realizar una inversión adicional realizar la prueba.

Quizás piensen las empresas de vendind o incluso nosotros, que los adultos que necesitan comer fuera de casa, al preparar su fiambrera ya añaden un par de piezas de fruta de más. Pero se equivocan y nos equivocamos de plano, seamos realistas, ya sea por las prisas perpetuas, sea por falta de previsión, sea por pereza u olvido al hacer la compra, sea porque la mayoría de trabajadores y estudiantes comen de menú, sea por lo que sea, muy pocos llevan todos los días en el bolso o mochila una fruta para comerla cuando le apetezca. Sin embargo lo que solemos llevar en el bolsillo es un euro, cosa que nos podría permitir comprarla y comerla fresquita en cualquier momento.

No voy a negar a nadie que resulta muy tentador un pastelito de chocolate, pero una hermosa manzana, por ejemplo, además de tentadora, es sana.

Foto | morgueFile – jeltovski
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