Lo del "100% natural" ya cansa. 5 buenas razones aquí

Lo del "100% natural" ya cansa. 5 buenas razones aquí
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Hoy en día damos por hecho que todo lo que comemos tiene un origen natural. No es así, ni mucho menos. De hecho, casi nada de lo que nos comemos hoy en día existía en la naturaleza tal y como lo conocemos ahora. De no ser por la selección artificial que practicó y practica el ser humano, muchos de los alimentos que comemos simplemente no existirían. Por este motivo, hay que poner siempre en cuarentena el recurrente reclamo publicitario, que ya cansa, de "100% natural". Pues no. Vemos algunos ejemplos.

1. El plátano lleno de semillas

Vamos primero con las fotos:

Platano con semilas
Platano

Sí, aunque te parezca increíble esos frutos tan feos son plátanos salvajes. ¿Tú te comerías uno? Yo no y como yo, los primeros que trataron de domesticar el plátano salvaje hace unos 5000 años en Papúa Nueva Guinea. Desde entonces, a través de costosos procesos de hibridación, fuimos logrando las variedades de plátanos modernos, sin semillas, que tan ricamente nos comemos. Si quieres un plátano 100% natural tendrás que lidiar con las semillas.

2. Las patatas tóxicas

Las patatas que nos comemos hoy en día son un alimento esencial en nuestra dieta, y no podríamos vivir sin ellas. ¿Os imagináis un marmitako sin ellas, o un estofado o un filete sin su correspondiente guarnición? Yo tampoco, pero las patatas son algo muy reciente en nuestra cultura gastronómica. Aunque en suramérica sí que se conocían desde hace más tiempo, y fue allí donde primero se consumieron, no estaban libres de problemas. Tanto el tubérculo como su piel, tenían compuestos tóxicos que aprendimos a desactivar en forma de chuños, o mezclando artificialmente variedades cada vez menos tóxicas.

3. El maíz raquítico

Vamos primero con la foto:

Teosinte

Lo veis a la izquierda es el teosinte la probable forma salvaje de las increíbles mazorcas de maíz de la derecha. Desde luego, a los primeros que se les ocurrió plantar esta raquítica planta para comer unos pocos granos, habría que hacerles un homenaje. ¿Os imagináis que ahora solo se consumiera teosinte 100% natural? Necesitaríamos casi todo la tierra para cultivar y poder alimentar a gallinas, ganado o a nosotros mismos. Afortunadamente, poco o poco, a base de un largo proceso de prueba y error, conseguimos las variedades que tenemos hoy en día. De nuevo, un proceso 100% artificial.

4. El tomate canijo

Otra foto:

Tomate

Este es, probablemente, la variedad silvestre que dio origen a los cientos de variedades de tomate que podemos disfrutar hoy, el Lycopersicon chilense. Era pequeño y ácido, hasta el punto de que ni los animales silvestres se los comen. Supongo que los primeros hombres que los comieron deberían estar muy hambrientos. Uno compara estos "tomates cherry" con los modernos Kumato (tomates patentados por Syngenta por cierto) y no deja de sorprenderse de lo hábiles que hemos sido en diseñar nuestra propia comida. De nuevo, 100% artificial.

5. Las almendras mortales

Me encanta la Tarta de Santiago, de hecho acabo de recordar que le debo una a mi abuela. Tarta de Santiago = almendras, pero ¿100% naturales? Mejor no. Quiero demasiado a mi abuela como para matarla. Sí, aunque suene increíble si no hubiéramos seleccionado artificialmente las variedades de Almendro, una tarta hecha con almendras silvestres, no es que sea tóxica, es que es mortal. Y además, está muy mala.

El motivo es que las almendras naturales, contienen ácido prúsico o cianuro de hidrógeno, sí, sí has leído bien, cianuro, y en una dosis como la de una Tarta de Santiago, sería mortal. Por supuesto, las almendras que comemos están libres de este compuesto (menos alguna amarga), precisamente porque no son 100% naturales.

Lo natural en la alimentación es lo artificial

En definitiva, yo estoy muy orgulloso de que artificialmente hayamos sido capaces de ir modificando plantas y animales, y que ahora mismo podamos comer unos excelentes tomates, plátanos, o tortillas de maíz. Todos ellos han sido resultado de procesos artificiales, igual que la rueda, el dominio del fuego, o el teclado en el que estoy escribiendo este post.

¿Por qué nos avergonzamos de la tecnología de los alimentos y, sin embargo, sacamos pecho con orgullo cuando hablamos de otros avances de la humanidad? Sin duda, la capacidad de diseñar nuestra propia comida sería algo de lo que deberíamos estar más que orgullosos. 100% Artificial ¿qué hay de malo en ello? Artificial etimológicamente significa hecho con arte, ¿y qué puede tener más arte que un buen alimento? Si un cuadro nos parece digno de admiración, también debería serlo un alimento producto de la selección artificial ¿no?

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