Naranjas y clementinas con fecha de recolección y de consumo preferente

Naranjas y clementinas con fecha de recolección y de consumo preferente
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La fruta que se comercializa en los establecimientos de grandes superficies no está tan controlada como la que se puede encontrar en una frutería, los dependientes profesionales de la frutería seleccionan sus productos, los que tienen peor aspecto se ofertan y los que están estropeados los desechan.

En cambio, en un hipermercado la fruta es manoseada, golpeada y posiblemente se pasa días en la estantería y caja. Peor sucede cuando la fruta se encuentra envasada, la de la primera gama, donde las frutas que están a la vista ocultan lo que se puede esconder en otras piezas.

Con el fin de que estos establecimientos ofrezcan a los clientes los productos en perfectas condiciones, representantes de los agricultores valencianos han mantenido conversaciones con las principales cadenas de distribución de nuestro país para asegurar “un sistema de precios mínimamente remuneradores para los productores de frutas y hortalizas” pero además les han propuesto que las naranjas y clementinas que se comercializan en supermercados e hipermercados cuenten con mayor información para el consumidor, como la fecha de recolección y la de caducidad o consumo preferente, lo que no significa que sobrepasado el día marcado la fruta ya no sea apta para consumo. No serían los primeros en utilizar este etiquetado, pero al ser un producto que a simple vista se puede comprobar si está en condiciones de consumo no precisa de esta información, aunque el problema de naranjas y mandarinas es que su aspecto externo puede ocultar la falta de frescura de la fruta, y es cierto, todos hemos comprado unas mandarinas con una pinta estupenda que en su interior contenía unos gajos secos y pellejosos, y menudos precios.

Representantes de grandes superficies y cadenas de supermercados de la Comunitat Valenciana, están de acuerdo en la aplicación de esta medida, pero se tiene que asegurar una redistribución de márgenes comerciales sin las típicas pérdidas para el agricultor.

Personalmente, siempre nos parece bien que los alimentos que compremos estén perfectamente identificados, no deja de ser un producto que debe mimar nuestra salud y nuestro paladar.

Vía | Las Provincias

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