Estofado de albóndigas y morcilla: receta de aprovechamiento para vaciar la nevera

Estofado de albóndigas y morcilla: receta de aprovechamiento para vaciar la nevera
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Este estofado de albóndigas y morcilla no es una receta de aprovechamiento al uso, porque no he utilizado las sobras de otras recetas, sino un poco de todo lo que tenía en la nevera, aunque tras probar el resultado, se va a convertir en un habitual de mi repertorio.

El caso es que junté unas cuantas albóndigas que aún no había preparado, una morcilla asturiana que no había echado en una fabada, unas zanahorias del fondo del cajón de las verduras, las últimas dos patatas que quedaban en la bolsa, el culo de una botella de vino blanco que llevaba mareando días, una cebolla y unos guisantes que encontré en el congelador, y salió este rico estofado del que rebañamos hasta la última gota de salsa.

Ingredientes

Para 2 personas
  • Albóndigas 8
  • Morcilla asturiana 1
  • Patata 2
  • Zanahoria 3
  • Guisantes 75 g
  • Vino blanco 75 ml
  • Diente de ajo 1
  • Laurel hoja 2

Cómo hacer estofado de albóndigas y morcilla

Dificultad: Fácil
  • Tiempo total 1 h 30 m
  • Elaboración 15 m
  • Cocción 1 h 15 m

Para preparar un estofado de albóndigas y morcilla lo único que hay que tener es tiempo y paciencia. Paciencia para picar todos los ingredientes y tiempo para que se haga a fuego lento y la salsa se espese e impregne bien todo con su sabor.

Lo primero de todo es dorar en un poco de aceite las albóndigas --yo no las enharino para esta receta-- junto con la morcilla cortada en rodajas y un ajo picado. Mientras se doran, pelamos y cortamos en finas rodajas las zanahorias. También pelamos y cortamos en dados las patatas y picamos la cebolla.

Añadimos ahora la cebolla y la zanahoria a la olla, rehogando. Luego añadimos también las patatas y los guisantes. Echamos un poco más de aceite y ajustamos de sal. Seguimos rehogando a fuego medio hasta que empiece a soltar un poco de jugo.

Estofado de albóndigas y morcilla - 3

Por último, vertemos el vino blanco, añadimos las hojas de laurel, bajamos el fuego, tapamos y dejamos que se haga a fuego lento hasta que la salsa haya espesado y se hagan las patatas y la zanahoria. Tienen que casi deshacerse en la boca pero no en la cuchara. Como aproximación, lo tuve una hora a una potencia de entre 3 y 4 de 10 en la placa de inducción.

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Con qué acompañar el estofado de albóndigas y morcilla

Mientras esperaba a que llegara mi madre para comer, cometí el "error" de probar un poco de este estofado de albóndigas y morcilla, lo que hizo que no parara de salivar hasta que al fin nos sentamos en la mesa y dimos buena cuenta de él acompañado con una rica hogaza de pan. Sabroso y delicado son los dos adjetivos que me vienen a la mente cuando lo recuerdo.

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