De tapas por Madrid, Casa Lucharna

Después de estar en la Taberna El Capricho seguimos nuestro camino por los sitios de tapas de Retiro en Madrid. Nos acercamos a la calle Menorca donde escondida entre los árboles y bajo unos toldos tenemos Casa Lucharna, un lugar donde tomar unas tapas y algo más muy diferente a El Capricho.

En Casa Lucharna podemos encontrar una gran variedad de tapas, raciones y tostas. Pisto con huevo de codorniz, alubias de Tolosa, tortilla de calabacín, tortilla de bacalao, foie fresco a la plancha, revuelto de morcilla de Burgos, ensaladas, croquetas de toda la vida, etc.

Nada más entrar nos encontramos con la barra, muy pequeña pero con mucha personalidad. De madera y detrás una gran selección de vinos de toda España. Al lado y con una separación de una barrera de madera tenemos la sala, muy acogedora gracias a la decoración. Cuadros clásicos e incluso una alacena tradicional.

Nosotros nos sentamos en la sala. Íbamos con el carro de nuestro bebé y era lo mejor. El lugar es muy acogedor tienen muebles muy clásicos como he dicho antes, y la vajilla estilo cartuja que guardaba la alacena era merecedora de una foto al menos. Me hizo mucha gracia, y me quedé con ganas de preguntar el por qué ya que no es muy habitual ver ese tipo de decoración, pero bueno, habrá más oportunidades.

De la carta destacar que es de las más amplias que he visto para tapear. Estaba dividida en divertidas secciones tituladas, de la granja, del corral, del establo, etc., para distinguir los platos de verduras a los de carnes, a los de pescado, etc.

Con unas cervezas fresquitas, o unos chatos de vinos a quien le apetezcan o unos refrescos a quien guste nos pusieron una de las tapas tradicionales por excelencia un domingo, un arroz mixto, con pollo, verduras, judías, muy rico.

De nuestro gusto fue el pedir unos huevos estrellados con jamón y unas croquetas con jamón también. ¡En fin, teníamos el día del jamón! Aunque he de decir que no fue el único que observo que las croquetas también tenían queso, cosa que le daba muy buen toque.

Los huevos estrellados o rotos la verdad que impresionantes. No sé si era el hambre o que, pero estaban de escándalo. Aunque bueno son de esas cosas que no defraudan nunca y si lo hacen mejor no volver al sitio.

Algo que agradecimos bastante fue que el local estaba climatizado, el calor de aquel día era demasiado y después de pasar calores en El Capricho y en la feria del libro se agradecía.