Gastroguía de Salamanca: qué comer en la ciudad del Tormes (y qué restaurantes y bares no debes perderte)

Gastroguía de Salamanca: qué comer en la ciudad del Tormes (y qué restaurantes y bares no debes perderte)
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Salamanca es la ciudad que más turistas recibe en Castilla y León, y no es para menos. Su casco antiguo fue declarado Patrimonio de la Humanidad ya en 1988 y tiene dos fantásticas catedrales, todo tipo de iglesias y palacios y la universidad en activo más antigua en España, en torno a la que gira buena parte de la vida de la ciudad, eternamente joven.

Pasear por Salamanca es sumergirse en la historia de España, y los bares y restaurantes no son ajenos a ella. Como en todas las ciudades turísticas es mejor no entrar en cualquier sitio, pero hay que decir que en Salamanca se come, en general, bastante bien. Además de los platos y tapas típicos, que ahora repasaremos, de un tiempo a esta parte han abierto locales que ofrecen una cocina moderna, que merece la pena visitar. Además, Salamanca no deja de ser una ciudad universitaria, que tiene que alimentar (y dar de beber) a todo tipo de jóvenes con presupuestos limitados, así que se puede comer bueno, bonito y barato.

Los 5 platos más típicos de Salamanca

Si por algo se caracteriza la gastronomía salmantina es por su contundencia. Estamos en tierra de embutidos, y eso se nota. Las diferentes partes del cerdo se consumen de múltiples formas y no hay ningún reparo con la casquería.

El cochinillo y los distintos asados se encuentran en muchos restaurantes, y hay embutidos de la zona, como el farinato (el “chorizo de los pobres”, elaborado con miga de pan, manteca de cerdo y cebolla) que es obligatorio probar, pero en esta guía repasamos los platos que son prácticamente exclusivos de la ciudad y alrededores.

1. Hornazo

Hornazo

Aunque el hornazo, un bollo de pan relleno con diversas chacinas, es típico de muchas partes de España, es en Salamanca donde se elabora el más conocido. Normalmente lleva chorizo, lomo y jamón, a veces huevo, y la masa se elabora con manteca. Desde 2002, cuenta con una marca de garantía, que especifica la proporción de ingredientes que debe llevar.

Hoy en día el hornazo puede encontrarse en cualquier sitio, pero de toda la vida se ha comprado en las pastelerías. Los más típico son los que sirven la confitería Gil, La Industrial o La Madrileña.

2. Chanfaina

 

Este plato no flota en el espacio. Aunque existen diversas variedades regionales, la base del guiso es la misma, un sofrito de cebolla y ajo con carne de cordero y casquería de este. Su origen, se cree, es árabe y judío, y por ello no lleva cerdo.

En la versión salmantina, el demoledor conjunto lleva, además, sangre de cordero, arroz y huevo duro picado, y se especia con pimentón y mucho comino. Es una receta muy típica en los bares como tapa, sobre todo los días festivos.

3. Limón Serrano

 

Este loco plato, no muy conocido, no es típico de Salamanca ciudad, sino más bien de las sierras de Francia y Béjar, pero lo sirven muchos restaurantes de la capital y no podía faltar en esta lista.

Se trata de un plato que, en sus orígenes, se tomaba para desayunar, en concreto el día de Jueves Santo. Se trata de una ensalada de aspecto absurdo compuesta por chorizo, atún en lata, huevo duro y frito y cítricos (limón y naranja) que, se cree, usaban los pastores para conservar la carne durante más tiempo. Otras teorías dicen que lo inventó un borracho al volver de fiesta.

4. Paloma

 

El origen de esta tapa, omnipresente en los bares salmantinos e inexistente en el resto de España, es incierto, aunque es seguro que es relativamente reciente. Se trata de una corteza de trigo frita (tipo boca-bits), conocida en Salamanca como “cuero”, sobre la que se pone ensaladilla –aunque cada vez se encuentra con una mayor variedad de ensaladas–.

5. Bollo maimón

Maimon

El postre por excelencia de Salamanca y Zamora es este bizcocho redondo que, se supone, proviene de la palabra árabe “maímun”, que significa “feliz”. Se elabora con harina de maíz, azúcar y limón: es muy esponjoso e ideal para mojar, por ejemplo, en chocolate.

Aunque se encuentra en muchas pastelerías, lo tradicional es elaborarlo en casa. Curiosamente, es muy típico en las bodas, donde existe la tradición de bailar alrededor de él, una práctica que se conoce como “bailar la rosca”. Será por folclore.

Bares de raciones y tapas

Salamanca es una de esas maravillosas ciudades en la que las consumiciones siempre van con tapa. El modelo es más parecido al de Granada que al de Madrid: las bebidas son algo más caras, pero van acompañadas de tapas de cocina, tirando a grandes que, además, se pueden escoger. También existe la posibilidad de pedir la consumición sin tapa, lo que conlleva un descuento, pero ¿a qué estamos jugando?

Hay tres zonas principales para tapear: la plaza Mayor y su entorno, la calle Van Dyck –la zona de estudiantes, más barata, donde el cerdo es el rey– y el barrio del Oeste, que, como nos cuentan nuestros voceros, se ha puesto de moda en una onda más moderna (y cara).

Esta es nuestra selección, como siempre de manos de la sabiduría local:

La Viga

Jeta

Este bar de toda la vida es famoso por sus tapas y raciones de jeta, esto es, la careta de cerdo. Un clásico básico donde bordan este manjar del gorrino que, para quién no esté familiarizado con él, queda a camino entre los torreznos y la oreja. Se prepara asada, aunque su receta exacta, insisten, es un secreto.

También preparan bien los callos, el morro rebozado y la chanfaina. El lugar ideal para llevar a tu amigo vegano.

Calle Consuelo, 16.

La Oficina

La Oficina

Este bar, cercano a la calle Van Dyck, está un poco alejado del meollo, pero bien merece una visita. Tiene una gran variedad de tapas y pinchos para acompañar las consumiciones, aunque sus especialidades son el jamón asado y las palomas.

García de Quiñones, 10

Café Real

 

Aunque no es tan famoso como el café Novelty (el bar más antiguo de Salamanca, famoso por las tertulias a las que era asiduo Torrente Ballester), el Café real es quizás el más recomendable para tapear en la propia Plaza Mayor de Salamanca.

Es famoso por sus palomas y sus pinchos morunos, pero tiene una variedad inmensa de tapas. No todas son maravillosas, pero el sitio tiene mucha solera y es una delicia tomar una caña observando una de las plazas más bonitas de España.

Plaza Mayor, 9

El Bambú

 

Otro clásico del entorno de la Plaza Mayor (está contiguo a esta) famoso por sus pinchos de carne a la brasa que se hacen al momento y se entregan junto a la consumición. Las costillas, la panceta y la morcilla son ganadoras. También tiene pinchos más elaborados (ha ganado varios concursos con ellos) y servicio de restaurante.

Prior, 4

Tapas 2.0

 

Cercano a la Plaza Mayor está este bar de tapas que supuso toda una revolución en Salamanca cuando abrió en 2010 y presentó una carta con tapas más modernas, pero con mucha cabeza. En este caso no hay aperitivo con la consumición y las tapas y raciones son algo más caras, pero merece la pena. Hay un poco de todo: risottos, platos de cuchara, pinchos fríos… Son muy buenas sus bravas, su versión de la oreja o el estofado de ternera con setas. Los mismos dueños han abierto un restaurante con elaboraciones más sofisticadas: Tapas 3.0.

Felipe Espino, 10

Salamanca3

Restaurantes dónde comer bien y barato

Aunque Salamanca sea una ciudad muy tapera siempre se agradece sentarse en una buena mesa. Como toda ciudad turística está invadida por el típico menú tradicional que normalmente no merece la pena (para eso mejor tapear), pero hay unos cuantos sitios para comer por en torno a 20/30 euros que merecen una visita.

El Alquimista

 

El chef César Niño se atreve con atrevidas fusiones de raigambre salmantina con platos como sus manitas crujientes y melosas con langostinos tigre y vinagreta de lentejas de La Armuña. Se come muy bien de carta por poco más de 30 euros pero además tiene un menú del día de lujo por 17,50 euros que se sirve de lunes a viernes y en el que se pueden encontrar platos espectaculares como una sepia estofada con causa limeña y su tinta o un caldo de cocido con macarrones, chorizo y papada de cerdo.

El bardo

 

Funciona como bar de tapas y restaurante. Muy buena elección para tomar un menú del día (12 euros), pero también para tirar de carta, donde hay todo tipo de platos tradicionales como el rabo de toro, cochinillo al horno o secreto de cerdo.

Compania, 25

El trashoguero

Trashoguero

Este restaurante está situado en un barrio a las afueras de Salamanca, pero el desvío merece la pena pues es uno de los pocos sitios especializados en la cocina de la sierra salmantina y las carnes de morucha (la raza de vacuno de la tierra) preparadas a la brasa de encina. El limón, que realizan por encargo, es tremendo.

Calle La Flor, 1. Santa Marta De Tormes

Casa Paca

 

Restaurante de cocina tradicional con amplia carta y, también, surtido de tapas. Destacan los clásicos de la cocina charra y sus guisos diarios, ya sea el cocido, la fabada o sus patatas a la importancia. También realizan asados y tienen un menú de 29 euros. El precio medio asciende a 30/35 euros.

Plaza del Peso, 10

Restaurantes de precio alto

Salamanca cuenta con un restaurante de una estrella Michelín y algunos asadores de corte clásico que se han ido reinventado.

Víctor Gutiérrez

 

El más laureado restaurante de Salamanca –el único con una estrella Michelín y dos soles Repsol– aúna la cocina española y peruana, país natal del chef que da nombre al establecimiento. En temporada se ofrecen grandes platos de caza, como becada y liebre. Tiene dos menús, uno de 65 y otro de 95 euros.

El mesón de Gonzalo

 

Restaurante situado junto a la Plaza Mayor con dos ambientes, comedor abajo y barra en la parte de arriba. Destaca por sus platos a la brasa, como el pulpo o el solomillo de ternera morucha. También despacha excelentes asados y tienen un excelente steak tartar y unas manitas deshuesadas que ganaron un premio nacional. Precio medio en torno a 50 euros.

Desayuno y brunch en Salamanca

Quizás el mejor lugar para desayunar en Salamanca, junto a la Plaza Mayor, es el café Corrillo, un restaurante que, por la mañana, sirve decenas de pinchos diferentes, además de bollería, café y zumos naturales.

 

También en la Plaza Mayor merece la pena probar los desayunos del restaurante Doze, que ofrece una gran variedad de desayunos, incluido el clásico inglés y uno vegetariano, con espárragos verdes fritos.

Si lo tuyo es el té, quizás la carta más amplia es la de Lío (C/ Calle Azafranal, 13), donde también se sirven todo tipo de cafés, una amplia variedad de bollería y todo tipo de tostas y huevos.

Imágenes | iStock/La Viga/La Oficina/Trashoguero
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