Desayunando con el cubo de Rubik

Desayunando con el cubo de Rubik
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Una pesadilla de infancia, eso fue para mí el maldito y famoso cubo de Rubik. Creo que fue el culpable de que mi autoestima se viera mermada en algunos momentos, ya que nunca fui capaz de hacer más allá de una fila, mientras algunos le daban mil vueltas en un minuto delante de mis narices y blandían el cubo con sus caras ordenadas y coloridas. En el cole había algunas almas en pena que vagaban en el recreo con el cubito en la mano, con varias caras conseguidas, y unos cuadraditos desordenados en una esquina; los zombis del cubo, les llamaba en mis adentros.

Ahora, el cubo de Rubik llega en forma de taza para recordarnos nuestros fracasos y tantas horas perdidas, un objeto muy poco ergonómico, en el cual beber puede resultar tan complicado como alinear colores, ya que como se ve en la imagen, solo deja unas pequeñas zonas al alcance de la boca.

Parece que más que un objeto de uso cotidiano lleva camino de convertirse en algo decorativo; el que sea capaz de tomarse la leche ahí sin que se le caiga por los costados, que levante la mano.

Vía | Marcianos En Directo al Paladar | Sal y pimienta en cubos Rubik En Directo al Paladar | Mi taza tiene cara

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