Los meses más fríos no solo apetece encender más el horno para hacer panes y bizcochos; en casa disfrutamos también más que nunca de las recetas de pollo asado. Además yo diría que los productos de otoño-invierno se ofrecen mucho más para acompañar la carne de ave en platos refortantes. Este pollo al horno glaseado con mandarina, vermut y miel en cualquier caso es un festival de sabores y aromas sencillísimo de preparar.
Los cuartos traseros de pollo -muslo y contramuslo- con piel son perfectos para asar y servir en raciones con las mínimas complicaciones a la hora de repartir entre los diferentes comensales. Inspirada por esta receta, el añadido de las mandarinas y tomillo me trasladan al campo murciano y enriquecen mucho más una receta fácil que queda de lujo sin apenas esfuerzo.
Precalentar el horno a 200º y preparar una fuente adecuada. Dejar que se atempere el pollo fuera de la nevera para que no esté muy frío; secar con papel de cocina y retirar los posibles excesos de grasa o plumas.
Colocar las piezas en la fuente, regar con aceite de oliva y masajear bien por todas partes. Salpimentar ligeramente y añadir el pimentón; exprimir el zumo de la primera mandarina y volver a masajear para repartirlo bien. Hornear durante unos 30 minutos.
Cortar la otra mandarina en rodajas -previamente bien lavada-. Combinar la miel con el vemut y el tomillo y repartir todo sobre el pollo, con cuidado de no quemarnos. Devolver al horno hasta que esté en su punto, unos 15-20 minutos más.
Retirar las piezas de pollo y la mandarina asada y sacar los jugos de la fuente, colándolos con un tamiz o colador de malla fina. Reducir un poco en un cazo si fuera necesario, retirando parte de la grasa.
![Pollo Glaseado. Pasos](https://i.blogs.es/bcd3dd/pollo-glaseado-pasos/450_1000.jpg)
Con qué acompañar el pollo al horno glaseado
Un pollo al horno tan aromático como este glaseado con mandarina, vermut y miel creo que pide una guarnición de puré de patatas, para regarlo bien con la salsa y los jugos. Pero por supuesto que podemos escoger otro acompañamiento a nuestro gusto, como sencillo arroz blanco, cuscús, trigo entero o unas sencillas patatas asadas o cocidas.