Visita a la Guinness Storehouse en Dublín. ¿Qué hacer y qué comer?

Visita a la Guinness Storehouse en Dublín. ¿Qué hacer y qué comer?
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Acabo de regresar de un viaje corto por Dublín y estoy deseando contaros los descubrimientos gastronómicos que hecho, los lugares donde he comido y las recetas que he aprendido. Hoy, me gustaría contaros mi experiencia sobre la visita a la Guinnes Storehouse en Dublín y explicaros qué hacer y qué comer en sus instalaciones. Como veréis a continuación, es una visita muy recomendable si pasáis unos días en la capital de la República de Irlandao hacéis una visita corta.

Como uno de los destinos imprescindibles en un viaje corto a Dublín, y uno de sus mayores atractivos turísticos, la visita a la fábrica de Guinness, donde podemos descubrir la historia de esta cerveza, saber cómo se elabora, aprender a servir una pinta correctamente, sorprendernos con sus divertidos anuncios publicitarios y pasar una mañana estupenda rodeados de todo tipo de productos relacionados con este producto genuínamente irlandés.

Visita a la Guinness StoreHouse

Hacer Guinness

La antigua fábrica de Guinness es un edificio de gran interés turístico y por ese motivo, es una de las atracciones más visitadas cada año en Dublín. Más allá de ser el lugar donde se comenzó a fabricar la cerveza negra más famosa del mundo, y por albergar el peculiar contrato de alquiler por el local con una duración de 9.000 años, la Guinness es una visita imprescindible en todo viaje corto a Dublín en la que aprenderemos cómo se fabrica la cerveza, aprenderemos a tirar o servir una buena pinta, y además donde podemos comer y muy bien.

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Como la visita supone recorrer las cinco plantas del edificio, visitando los espacios dedicados a los cuatro ingredientes con que se fabrica la cerveza (cebada, lúpulo, levadura y agua) y las zonas destinadas a las fantásticas campañas publicitarias que desde siempre acometió la marca, y hay zonas de cata y muchos puntos de interés, como mínimo deberíamos reservar dos o tres horas para hacer esta visita.

Por ese motivo, yo os recomiendo ir alrededor de las 10:30 o las 11:00 para poder quedaros después a comer visitando el 1837, un restaurante en el que se puede comer muy bien tanto platos tradicionales como otros más originales.

Restaurante 1837 Brasserie en la Guinness Storehouse

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El nombre del local viene de unas palabras de Disraeli, ministro británico que en ese año 1837 publicó tras una visita la perfecta combinación que hacen las ostras -las de la zona de Galway son espectaculares- con la cerveza Stout de Guinness. Evidentemente, siendo un plato típico y tradicional y siendo parte de la historia del local, no pudimos dejar de probar esa combinación y reconozco que es absolutamente fantástica. Con unas ostras de buen tamaño, perfectamente limplias y en compañía de la cerveza, la comida no pudo tener mejor comienzo. Las ostras con Guinness son un plato imprescindible si visitais este restaurante.

Guinnes Storehouse Comer

Continuamos con otros platos tradicionales de la gastronomía de Irlanda, de esos que se pueden encontrar en la mayoría de pubs y de restaurantes, pero que en cada casa se le da un toque especial. Comenzamos con la ensalada de cangrejo, muy desmenuzado y servido en una pequeña tosta. Es un plato que merece la pena probar en todo lugar ya que nos permite ver su trabajo y disfrutar de un manjar. También son habituales las ensaladas con salmón irlandés procedente de la zona de Howth donde se ahuman salmones biológicos con gran calidad y sabor.

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Además probamos una curiosa "coca" o bruscheta de pan con tomates y rúcula, y unos Scoth Eggs perfectos de punto, que comimos acompañados de otra pinta de cerveza, esta vez la más tradicional, que también nos llegó para aompañar otro de los platos que tenéis que pedir si vais a este local y uno de los platos más emblemáticos del país, el Irish Stew.

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Se trata de un guiso o estofado de carne con zanahorias, cebolla y otras hortalizas en el que la carne se cuece en la cerveza Guinness, tomando un sabor excepcional. Este plato se puede hacer con cordero -la preparación más habitual- o como en este caso con carne de buey de Irlanda, siendo entonces denominado como Beef&Guinness o como Irish Beef Stew.

También probamos unas sabrosísimas alitas de pollo con salsa de Guinness e incluso una enorme hamburguesa, por lo que como os digo, resulta un lugar magnífico para planificar una comida y aprovechar la visita para darse un homenaje con los platos que os he enseñado.

Para los postres... también hay que dejar sitio

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Si la oferta de productos salados es fantástica y muy variada como ya os he contado, la de productos dulces es más reducida pero tanto la crème brûlee como la tarta mouusse de chocolate Guinness están buenísimos y son bastante abundantes por lo que dan de sobra para compartirlos y terminar la comida bien satisfechos tanto de las cantidades como de la calidad de todos los productos.

¿Qué pedir para salir bien comido sin excederse?

Aunque es natural guiarse por vuestros propios gustos, mi recomendación es que pidáis las ostras con Guinness, la ensalada de cangrejo y el Beef&Guinness Stew, dejando así sitio para disfrutar del postre, - me quedo con la mousse de chocolate y Guinness - pero como habéis podido ver son muchas las opciones para comer bien en la parte superior del edificio donde está el 1837.

Además del restaurante 1837 del que os acabo de enseñar el menú, existen otros puntos en los que comer como un restaurante tipo buffet, el Arthur's Bar, o el Cooperage Café donde podéis comer a precio más económico si lo preferís.

El Gravity Bar

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Lo que también resulta estupendo es subir a la última planta del edificio donde está el llamado Gravity Bar, donde las vistas de la ciudad de Dublín son magníficas y donde se pueden degustar las mejores pintas del mundo. Finalmente, resulta inevitable detenerse en la zona de regalos donde podremos adquirir camisetas y jerséis de la marca, vasos oficiales de pinta o de media pinta y todo tipo de parafernalia con los logos y las campañas publicitarias de la marca

En resumen, una visita a la Guinness Storehouse de Dublín supone un apasionante recorrido por la bebida más famosa de Irlanda en el mundo y tras aprender cómo se hace y cómo se sirve, también incluye lógicamente su disfrute para lo cual la opción de comer en el restaurante 1837 me parece perfecta, primero porque no resulta una opción cara y segundo, debido a la gran calidad de sus productos.

Web oficial Guinness StoreHouse
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