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Salir a cenar con un intolerante a la lactosa

Salir a cenar con un intolerante a la lactosa
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Una vez que descubres que no puedes consumir lactosa, o alguien de tu entorno, lo primero que te asaltan son las dudas: qué podré comer, ¿y si voy a un restaurante y no puedo comer nada?. Hoy os cuento mi experiencia a la hora de salir a cenar con mi mujer, intolerante a la lactosa.

El problema de las intolerancias alimenticias es el desconocimiento y los mitos que surgen a su alrededor. Recuerdo que fuimos a cenar con unos amigos y de postre pedimos helado de fresa. Nos miraron atónitos y se sorprendían de que pudiese tomar helado; pero más se sorprendieron al descubrir que determinados helados no incluyen leche ni nata en su elaboración, solo almíbar.

Cuando vamos a un restaurante, miramos atentamente la carta y decidimos. Es cierto que hay algunas limitaciones pero es cuestión de suplirlas con imaginación. No tenemos por qué evitar pedir una tabla de quesos, simplemente pediremos que incluyan especialidades fermentadas como el parmesano, el gouda o el azul.

Por ejemplo, si pedimos carne, es mejor evitar salsas complicadas y apostar por una ensalada como acompañamiento. De esta forma, nos evitamos un problema y encima nuestro cuerpo y la operación bikini/bañador nos lo agradecerán.

Los restaurantes tienden a concienciarse y a informar

Cake chocolate

Desde hace unos años, los restaurantes están empezando a ser conscientes de que existen personas con alergias e intolerancias alimenticias y son más sensibles a esta realidad. De hecho, hace poco visitamos un restaurante asiático y su carta incluía un apartado de alérgenos.

También me ha ocurrido en las visitas a restaurantes con menús degustación, que al principio nos han preguntado si había algún alimento que no podíamos tomar o que simplemente no comiésemos. Por lo que estos pequeños gestos se están popularizando, y nadie se siente excluido.

Incluso un moderno restaurante de la capital, dedicado en exclusiva al queso, ofrece en su carta platos que no llevan quesos para las personas que no pueden comerlo.

Podríamos seguir hablando de cafeterías que ofrecen leche sin lactosa o de soja como alternativa; o de una pizzería dedicada a personas con alergias e intolerancias alimenticias donde hay harinas especiales, quesos sin lactosa al mismo precio que las pizzas normales.

Yo creo que todo lo que os he contado se resume en comentarle al camarero que no podemos tomar lactosa. Si tenéis dudas de un plato en concreto, que pregunte en la cocina qué ingredientes lleva esa elaboración. Por suerte, como os he comentado cada vez los profesionales están mejor preparados y podrán solventar vuestras dudas, ofreciendo en todo caso alguna solución viable.

Por último, creo que debemos ser también un poco solidarios y conscientes de que la persona con la que vamos a cenar no puede tomar lactosa. Así que no pidamos platos en cuya elaboración se incluya; es lo mismo que si vamos con un amigo que está a régimen y nos comemos una hamburguesa doble con queso y extra de patatas.

Como veis, salir a cenar con una persona que no puede consumir lactosa no es nada complicado. Solo hay que prestar un poco de atención, relajarse y disfrutar de la velada, de la compañía, y de la comida sin lactosa.

Fotos | Golden_ie | avlxyz

Dani


Daniel Martínez es un gastrónomo empedernido. Desde hace un año a su mujer le detectaron intolerancia a la lactosa, desde entonces busca soluciones sencillas y ricas a la comida diaria. Actualmente es coordinador y editor de Directo al Paladar.

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