Betanzos prohíbe oficialmente la cebolla en su célebre tortilla de patatas

Betanzos prohíbe oficialmente la cebolla en su célebre tortilla de patatas
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Hay muchas tortillas de patatas, pero la de Betanzos, en La Coruña, es una de las más conocidas y quizás la única que sigue una rígida ortodoxia: se caracteriza por llevar únicamente huevo, patata y sal, y nada de cebolla, además de por ser extremadamente jugosa.

Pese a esto, el histórico concurso de tortillas de la localidad no hacía hincapié en la necesaria ausencia de cebolla –aunque casi nadie la incluía–. Hasta ahora. El Ayuntamiento de la localidad quiere proteger su tortilla como un plato especial y, por primera vez, las bases del certamen especifican que no pueden participar las tortillas que lleven cebolla.

“«Queremos ser fieles a la tradición betanceira de patatas, aceite, huevo y sal. Nada más”, explica un portavoz del Ayuntamiento a La Voz de Galicia. “Se lo planteamos a los hosteleros y la gran mayoría se mostraron partidarios de esta medida”.

Solo tres de los inscritos en el concurso se han quedado fuera debido a este apartheid culinario. Podrán participar en la ruta de tortillas, pero no podrán optar al premio del jurado profesional ni del popular.

Betanzos

La semana de la tortilla

El pasado 5 de octubre comenzó la semana de la tortilla en la localidad gallega, que concluirá el próximo domingo 14, con el fallo del concurso de tortillas.

Coincidiendo con el puente de la Hispanidad, 21 bares de la ciudad darán a probar sus tortillas, a un precio de 1,5 euros el pincho.

Pero ¿por qué levanta pasiones este plato? En Directo al Paladar tuvimos ocasión de charlar con Carmen Carro, chef de la Taberna Pedraza de Madrid, que elabora una de las mejores tortillas de Betanzos de España, pese a trabajar a 600 kilómetros de la población gallega.

Como nos explicó Carro, el secreto de la tortilla de Betanzos reside en usar huevos muy frescos, patatas con poco almidón –cortadas muy finas– y hacer la tortilla solo lo suficiente para que cuaje en la superficie, dejando un interior prácticamente crudo, la principal característica de una tortilla amada y odiada a partes iguales (por quienes no soportan tamaña jugosidad).

Imágenes | Taberna Pedraza/Turismo Galicia

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