La famosa cantante y actriz Jennifer López inspira a sus seguidores por todo el mundo con cualquiera de las acciones que hace y eventos en los que participa y, como en todo, su cocina también es objeto de análisis y admiración entre su club de fans.
Recientemente, los fans de la cantante latina han podido ver su mansión en el exclusivo vecindario californiano de Bel-Air, que la artista compró en 2016 por 25 millones y que ahora vende por 42,5 millones.
La casa de la artista es una lujosa morada con piscina infinity, sala de proyecciones, gimnasio y auditorio al aire libre para un centenar de invitados, además de estar rodeada de árboles y de mucha intimidad, siendo ideal para prevenir la presencia de paparazzi.
El hogar, que está a la venta, tiene 1.300 metros cuadrados y es una construcción de los años 40, con diseño del arquitecto Samuel Marx. En este hogar tiene nueve habitaciones y todavía más cuartos de baño (13).
Los materiales predominantes de esta casa son la madera y la piedra, presentes en la mayoría de paredes para otorgar al conjunto un toque rústico que va de la mano de una espléndida luz natural.
En el caso de la cocina, según se puede ver en la agencia inmobiliaria Carol Woodre y tal y como ha compartido la artista en sus redes con la elaboración de un waffle, tiene una cocina llena de piedra y con un techo de vigas de madera.
El espacio está dotado de muebles blancos y tiradores negros, que también esconden bajo el mismo estilo la nevera al fondo de la sala, que tiene estilo americano de cocina abierta.
La estancia tiene una preciosa alacena de color azul celeste, todo ello coronado por una lámpara de araña antigua. Al lado de la cocina, abierta, hay una sala de estar con sofás en color blanco roto para tomar algo.
Aparte de una barra de mármol en el centro, la cocina abierta cuenta con un mueble tipo de envejecido y un enorme ventanal en hierro desde el que se ven la exuberante naturaleza, y que permite la entrada de una iluminación.
También en Los Hamptons
Los seguidores de la cantante ya pudieron ver la cocina en la que se desenvolvía la artista en su casa en los codiciados Hamptons de Nueva York, una mansión con vista al mar, ascensor, cava de vinos, sauna y gimnasio y valorada en unos diez millones de dólares en la que vivía hace tres años.
Con unas tres hectáreas de espacio, la casa de los Hamptons contaba con ocho habitaciones y siete baños completos, todo con un estilo muy francés, y donde la cocina estaba a la altura de este poderío tan inherente a las estrellas de Hollywood.
La mansión de la cantante se encontraba en el antiguo asentamiento holandés de Water Mill, donde todas las casas adoptan un estilo europeo. En el caso de la cocina era una acogedora sala abierta de madera de roble blanco, de estilo italiano y con una enorme barra de granito con banquetas grises para tomar un tentempié rápido.
En un vídeo compartido en redes por su expareja, el exjugador de beisbol Alex Rodríguez, con más de cuatro millones de reproducciones, la cantante aparecía cocinando y bailando Abusadora, de Wilfrido Vargas.
Al lado de la cocina, la cantante contaba con una mesa para comer en un espacio coronado por una gran lámpara blanca inundado de luz natural. En la misma estancia, la cantante tenía un espacio de escritorio-librería para trabajar.
Al otro lado de la cocina, pero bañándola igualmente de luz, Jennifer López contaba con una sala de estar de sofás y cortinas color crema, acompañados por unos altísimos ventanales que también regaban de luz el conjunto.
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En aquel hogar, la cocina adoptaba también aires rústicos, muy europeos, tratándose de un espacio muy amplio y luminoso por el diseño de sus armarios y encimera en blanco.
Fotos | @jlo/Instagram y @arod/Instagram
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