No tendremos bares pero tenemos comercio online y seguro con el que darnos un homenaje con buen vino en casa. La industria vitivinícola, como tantas otras de nuestro país, pasa un metafórico mal trago con el confinamiento y la cuarentena derivadas del Covid19.
Por eso, hoy levantamos la copa para brindar en casa y encontrar vinos con los que maridar nuestros platos favoritos, con los que celebrar una ocasión especial -quizás un cumpleaños o un aniversario- o simplemente porque nos apetece disfrutar de un buen descorche y no necesitamos explicaciones.
Razón por la que te traemos desde Lavinia 17 propuestas con jugosas ofertas para que encuentres un blanco refrescante, un vino rosado sugerente o un tinto jugoso a muy buen precio.
Buenos, bonitos y baratos
Quitémonos el prejuicio de que el buen vino es caro. Tenemos la suerte de vivir en un país productor y de contar con buenísimos vinos a precios ajustados que ya quisieran en otros países.
Disfrutar del vino no necesita ocasiones especiales ni tampoco tarjetas de crédito poderosas y con estas cuatro opciones -además rebajadas- se demuestra a la perfección.
Pavina 2017
En La Parrilla (Valladolid), cerca de los lindes del río Duero pero sin estar en la DO, los hermanos Ortega) han apostado en su bodega Alta Pavina con atrevimiento por la uva tinta pinot noir, incluyendo algunos monovarietales muy premiados. En el caso, esta uva fina y elegante de origen francés está presente en un 25%, a la que han juntado con la tempranillo (en un 75%) en este coupage singular.
Por un lado, la ligereza y la sutileza de la pinot noit. Por el otro, el cuerpo y la jugosidad de la tempranillo. El resultado es un tinto fresco (auspiciado como Vino de la Tierra de Castilla y León), muy asequible -en precio y en trago-, frutal pero con un paso en boca largo y pulido, gracias a sus 16 meses en barrica, que hace perfecta compañía a tus carnes, a tus pescados grasos o a tus copeos.
Pavina 2017. Pinot noir y tempranillo. Vino de la Tierra de Castilla y León.
Roselito 2019
Rompemos una lanza en favor de los rosados. Maltratados por la crítica y, en ocasiones, por bodegueros o consumidores, una nueva ola de buenos rosados, elegantes, finos, versátiles pero no vinos menores, demuestran que tienen mucho que reivindicar.
Sí, son jóvenes y frutales, frescos, casi diríamos despreocupados pero son aromáticos y versátiles, sus colores nos seducen y funcionan muy bien como primer trago o como maridaje de pastas, arroces e incluso pescados un pelín grasos como un tartar de salmón. Es el caso de Roselito, un DO Ribera del Duero de Bodegas Antídoto, que procede de un sangrado conjunto de uvas albillo (blancas) y tinto fino (tintas) y tres meses de crianza para darle un poquito de cuerpo.
Un rosado de enjundia y a muy buen precio para reenenamorarse de ellos.
Vino rosado Roselito 2019. DO Ribera del Duero.
Viña Zorzal Graciano 2018
Seguimos rompiendo lanzas y en esta ocasión lo hacemos en Navarra. En el Reyno, famoso por sus rosados, también se trabaja el tinto con mucho éxito y la prueba de Viña Zorzal nos viene de maravilla.
En este caso hablamos de un monovarietal de uva graciano, seco pero fresco, con una buena acidez y muy carnoso, que invita a la segunda -y tercera- copa. Oriundos de Corella, en la Ribera Baja, este tinto con cuerpo y 9 meses de barrica le viene de maravilla a una pasta boloñesa, a un puchero de legumbres como las pochas o, si estamos con el aperitivo, a unos buenos ibéricos.
Viña Zorzal Graciano 2018.
Dr L. Loosen Riesling 2018
Salimos de España para darnos un caprichillo alemán a base de un vino 100% riesling. Muy económico, muy frutal y muy aromático, este Dr L de Bodegas Doctor Loosen tiene pocos grados (8,5º), un pelín de azúcar y mucha nariz, haciendo de él un vino goloso.
Procedente del Mosela, una región de larga tradición y famosa por sus riesling, la bodega ofrece una buena introducción a estos vinos. Jugoso, con notas de albaricoque y melocotón y con una acidez amable, este vino se convertirá en un básico de tus aperitivos por sus dotes de seducción a todos los paladares.
Dr. L Riesling 2018, Dr. Loosen.
Los reyes de la relación calidad-precio
Reivindicamos no dejar tiritando la tarjeta para comprar buen vino y, de nuevo, hacemos patria con los vinos nacionales. Bien valorados -incluso por guías internacionales como Parker o Decanter-, nuestra selección de imbatibles en calidad-precio se sumerge en la amplísima variedad de tintos que hay en nuestro país.
Os invitamos a probar algunos clásicos de denominaciones de origen icónicas como Rioja o Ribera pero también para coquetear con El Bierzo, con Toro o con Jumilla.
Lindes de Remelluri San Vicente 2015
Un perfecto representante de la DO Ca Rioja, infalible y siempre un acierto. Coupage de tres uvas (tempranillo, garnacha y graciano) de un mismo paraje (San Vicente de la Sonsierra).
Sincero y directo, muy frutal y bastante carnoso, los 12 meses de barrica suavizan lo pulen de tal manera que incita al segundo trago. Ideal para dejarle guardar unos años pero también para consumir ahora, es un vino perfecto para acompañar de guisos contundentes como unos caparrones a la riojana o de una buena carne a la parrilla.
Lindes de San Vicente 2015, Remelluri. DO Ca Rioja.
Pruno 2017
Desde el viñedo de Villacreces, Pruno reivindica una Ribera del Duero fresca, jovial pero que no renuncia a la madera ni a una buena estructura. Hermano menor de Nebro o del propio Finca Villacreces, siendo una buena y asequible forma de acercarse a esta bodega.
Nos encontramos ante una sustanciosa oferta (pasamos de 12,4€ a 10,9€) en otro de esos vinos que cuentan cada descorche por éxito. Versátil y perfecto para un público maduro, que conoce la casa, pero también como tinto para noveles, este Pruno es además un buen representante de la rotundidad golosa de la uva tempranillo en cocina.
Prueba a darle salida con un capricho como el tostón segoviano, el lechazo o unas chuletillas a la parrilla. Un festín al más puro estilo castellano con el que coronarte en la copa y en el plato.
Pruno 2017. DO Ribera del Duero.
Prima 2017
Nos vamos con otro hermano pequeño pero esta vez a la DO Toro, donde espera Prima 2017, el más joven de la familia de Bodegas San Román (conocido por el vino homónimo y sus Cartago).
Prima es otra de esas apuestas a caballo ganador, en este caso con un coupage de tinta de Toro y garnacha. Es carnoso -fiel a esta tierra- pero demuestra frescura y agilidad, no siendo tan denso como los vinos tradicionales de la zona.
Equilibrado y con cierta ligereza, de trago fácil, este tinto es otro as en la manga para los que buscan cuerpo y maridajes clásicos (carne roja o legumbres) pero con suficiente cintura como para encantar a los que buscan un tinto de frescura.
Prima 2017. DO Toro.
Dominio de Tares La Pajarita 2017
La revolución vitivinícola de los últimos 20 años ha puesto en el mapa al noroeste peninsular, dando cabida a León, El Bierzo y al interior de Galicia en un mapa enológico muy diverso.
En Dominio de Tares, dentro de la DO El Bierzo, trabajan la mencía, esta uva tinta autóctona, para elaborar (entre otros) a La Pajarita. Joven pero complejo en aromas (hay fruta roja y especias, además de la mineralidad del suelo), este vino es perfecto para iniciarse en la frescura inherente y ligera acidez de la uva mencía.
11 meses de barrica y una vendimia manual reivindican artesanía en cada trago, que es ideal para acompañar de alguna carne asada, de un guiso de legumbres -cómo no pensar en un cocido maragato- o con embutidos de la zona como el propio botillo.
La Pajarita 2017, Dominio de Tares. DO El Bierzo.
Casa Castillo Vino de Finca 2018
Cambiamos de registro y nos vamos al sur, allí donde Jumilla brilla con fuerza y se ponen en valor los vinos del sureste. Es zona de monastrell pero también de garnachas, de cencibel o de cabernet, que aquí sobreviven a mayores estreses hídricos que en la mitad norte penínsular.
El resultado son vinos muy florales y muy carnosos, repletos de aromas, como este Casa Castillo de 2018 (coupage de monastrell y garnacha). Cuenta con ese dulzor de los vinos repletos de azúcar, en notas de fruta madura y especias, permitido por el benigno y soleado clima de la zona.
Perfecto para platos de contundencia como una legumbre guisada (imaginad unos michirones) pero también para ser ligero en guisos de carácter hortelano como podría ser un zarangollo. Este Casa Castillo demuestra que la monastrell, aún jugosa, puede ser versátil y muy elegante.
Casa Castillo Vino de Finca 2018. DO Jumilla.
La hora del blanco
Pueden ser frescos y ligeros, jóvenes y del año, pero también pueden tener fermentación en barrica, crianza sobre lías y envejecimiento. Capaces de ser frutales pero también elegantes aunque nunca renuncian a sus aromas, los vinos blancos no son una moda y no son sólo el puente para iniciarse en este mundillo.
Si eres de los que piensa que "un mal tinto es mejor que un buen blanco", hoy te vamos a dar varias razones para amar los blancos desde el aperitivo al segundo plato.
Albamar 2018
Aires sutiles del Atlántico, cargados de salinidad, bendicen a este Albamar, un 100% albariño de las Rías Baixas. No se queda en lo fresco y en lo vibrante, sino que evoluciona más allá de esos matices florales y herbáceos tradicionales, resaltando potencia en boca y muy buena acidez, llegando a ser largo en ese paso final.
Esto se debe al mimo que se pone en las uvas Xurxo Alba Padín, al frente de la bodega, que además apuesta por dejar reposar el vino sobre lías disueltas durante cinco meses. Así se resalta el carácter de este albariño, íntimo amigo del pulpo a feira, de unos buenos mejillones frescos pero también del sushi y de la cocina fría americana como los ceviches.
Albamar 2018. DO Rías Baixas.
José Pariente Fermentado Barrica 2018
Nos vamos a Rueda, la tierra del verdejo, pero para demostrar que no sólo de jóvenes fresquitos entiende esta tierra. La uva verdejo ha demostrado buena capacidad de envejecimiento y nos demuestra con vinos como éste que no sólo es un vino para principiantes o de refresco.
Buena uva y dos pasos distintos por crianza (tanto en barrica como en depósito de acero) durante 12 meses le hacen untuoso, sedoso y muy elegante. Mantiene la frescura de la verdejo pero evoluciona con dulzura y mineralidad, demostrando una vida útil de varios años. Atrévete ahora a comprarlo y deja que te sorprenda hoy o dentro de un par de años, verás el verdejo de Rueda con otros ojos.
José Pariente Fermentado en Barrica 2018, DO Rueda.
Ossian 2017
No nos vamos de Castilla y León, acercándonos a los viñedos de Nieva, en Segovia, donde los suelos arenosos, prefiloxéricos en muchos casos, ofrecen viñas antiquísimas donde la uva que se recoge es poca pero agradecida.
Es el caso de este Ossian, un verdejo ecológico, complejo y mineral, que utiliza las propias levaduras autóctonas en la fermentación y luego se envejece en distintas barricas durante nueve meses.
Es mineral, es graso y muy untuoso, representante de la frescura herbácea natural de la uva pero también de ese amable paso por la madera. El resultado es un verdejo gastronómico (le va muy bien una receta con setas elegantes, como los boletus) y con capacidad de guarda al que recurrir siempre que queramos un blanco distinto.
Ossian 2017. Vino de la Tierra de Castilla y León
Marqués de Murrieta Capellanía 2015
La complejidad y la sedosidad convertidas en un blanco excepcional. 18 meses en barrica y otro año en botella hacen de este 100% viura, un riojano con el sello de Marqués de Murrieta, un blanco de magníficas prestaciones.
Rico, sedoso, untuoso y con ese paso por boca graso de la madera y el tiempo, que aún se sostiene más con la frescura y carácter de fruta blanca de la uva viura. Vino gastronómico por excelencia, con aromas de frutos secos y flores, ligeramente tostados tras ese añejamiento largo en barrica.
Ideal para ponernos creativos en cocina con volatería de calidad como picantones, pulardas o capones o con caza de pluma como codornices o perdices. Apuestes por lo que apuestes, acertarás.
Marqués de Murrieta Capellanía 2015. DO Ca Rioja.
Tinto que te quiero tinto
Somos, eminentemente, un país de vinos tintos. Nuestra climatología así lo permite y esta diversidad se manifiesta en los tipos de uva y en los tipos de terroir.
Somos país de tempranillo, de garnacha, de cariñena, de bobal, de monastrell, de graciano, de mazuelo, de mencía y de prieto picudo, de cencibel y de tinta de Rota... En fin, un país muy tinto, al que hemos querido representar en estas cuatro elecciones en las que no sólo encontraremos clasicismo pero siempre aciertos.
Enrique Mendoza Estrecho 2016
Alicante nos demuestra desde la uva que no es sólo mar y Enrique Mendoza así lo plasma con este tinto 100% monastrell, que se revela elegante y cargada de fruta madura, con finos toques de madera, producto de su crianza de 15 meses en grandes barricas.
Un vino para sorprender y una demostración de que se pueden hacer muchos avances en la ecología del viñedo -desde el compostaje y el abono hasta prescindir de químicos- y que le va genial a un guiso de caza de pelo como el conejo, a un asado o a esos arroces serranos tan alicantinos.
Enrique Mendoza Estrecho 2016. DO Alicante.
Santa Cruz de Artazu 2017
Volvemos a Navarra para vibrar con un tinto 100% garnacha, ecológico, con enorme potencial de guarda (puede durar hasta 2030) y que hacer aflorar la profundidad del viñedo navarro, enérgico, cargado de fruta roja pero con una crianza de 10 meses.
Embotellado en septiembre de 2019, este Santa Cruz tiene mucho margen de maniobra en la botella y es un excelente acompañante de asados al aire libre como parrilladas y barbacoas pero también para darnos un capricho de interior con embutido curado.
Santa Cruz de Artazu 2017.
Mauro 2017
Uno de esos vinos que valen como regalo más que un perfume, una corbata o cualquier recurso fácil. Un regalo que emocionará a los padres más vineros y que reivindica la mejor tradición de los vinos de Castilla y León en lo que a tintos se refiere.
100% tempranillo, gran potencial de guarda (8 o 10 años, aunque ya está espléndido) y una nariz poderosa, de fruta roja y toques florales, que se equilibra durante 15 meses en enormes fudres y que ofrece un vino delicado y graso, muy armónico, perfecto para ágapes donde el cochinillo, el cordero o la chuleta compartan mesa.
Mauro 2017. Vino de la Tierra de Castilla y León.
Viña Ardanza Reserva 2010
Valor seguro, tradición riojana y un nombre que es un seguro a ojos cerrados. Fresco y especiado, a pesar de su añada, capaz de representar en un mismo trago lo mejor de la tempranillo y de la garnacha, presentes en este coupage, que aún tiene recorrido en botella, aguantando bien hasta finales de esta década con el sello de Viña Ardanza.
Lo recomendamos tomar con guisos y platos de cierta contundencia como una carne roja, algo de caza mayor o un guiso de pescado. Igualmente, destripa el mito de "que no te la den con queso" y acompáñalo de un queso curado intenso. Te sorprenderá.
Viña Ardanza Selección Especial Reserva 2010. DO Ca Rioja.
Imágenes | Pixabay
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