Consejos para limpiar y cocinar mejillones sin esfuerzo

Consejos para limpiar y cocinar mejillones sin esfuerzo
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El mejillón es un alimento rico para el paladar pero también para el organismo. Gran fuente de nutrientes, se distingue por su elevado contenido en proteínas y bajo contenido en grasa. Perfecto para quienes buscan controlar su peso, ideal para incorporarlo a una dieta equilibrada y variada con la que llevar un estilo de vida saludable.

Además de todas sus bondades nutricionales, el mejillón es un producto de bajo coste que la economía de nuestros hogares agradecerá incorporar a la cesta de la compra. Es fácil de cocinar y muy rápido. Os vamos a dar unos trucos y consejos para limpiar y cocinar mejillones sin esfuerzo porque quizás os eche para atrás este tema a la hora de consumir este producto tan beneficioso en todos los aspectos.

Antes de limpiar mejillones ¿qué hay que tener en cuenta?

Lo primero que tenemos que tener en cuenta, antes de limpiar mejillones, es que lo ideal es comprarlos el día que los vamos a consumir, que la manera adecuada de conservarlos hasta el momento del cocinado es envueltos en un paño húmedo y dentro de un cuenco en la nevera (así permanecen vivos) y que no debemos sumergirlos en agua a no ser que quedamos matar a más de uno.

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Es muy importante revisar los mejillones, uno por uno, y retirar los que tengan la concha rota o presenten alguna fisura así como los que huelan mal. El mejillón tiene que oler a mar, si no es el caso es mejor desecharlo pues posiblemente esté en malas condiciones.

En ocasiones nos encontramos con mejillones cuyas conchas están ligeramente abiertas. La manera de comprobar si están en buen estado o no es dándoles un golpecito contra la mesa. Si la concha se cierra entonces el mejillón está en buen estado y se puede cocinar. Si no es el caso, es mejor retirarlo y a la basura junto con los que tienen las cochas rotas y/o huelen mal.

Cuatro consejos para limpiar mejillones sin esfuerzo

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Duchamos los mejillones bajo el agua del grifo
  • Colocamos los mejillones en un escurridor, dentro de la pila, y los duchamos con agua fría del grifo, removiendo suavemente con la mano (para no romperlos) para que les llegue a todos por igual.
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Si arrancamos las barbas tirando de ellas rasgamos la carne del mejillón
  • Las famosas barbas de los mejillones que siempre hemos retirado con ayuda de una puntilla y tirando de ellas, mejor las cortamos con unas tijeras bien afiladas para no desgarrar la carne del mejillón.
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Al cortar las barbas con unas tijeras la carne del mejillón queda intacta
  • Limpiamos las conchas con un estropajo de alambre (el nanas de toda la vida), frotando con suavidad hasta que los restos orgánicos que quedan adheridos a ellas hayan desaparecido.
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Frotamos suavemente la concha para retirar restos orgánicos
  • Por último, volvemos a pasar los mejillones ya limpios de barbas y restos orgánicos por el agua del grifo para aclarar bien y asegurarnos de dejarlos como la patena. No queremos restos de arena ni nada parecido que nos puedan estropear después el cocinado.

Cómo cocinar mejillones y recetas para disfrutarlos

Una vez listos nuestros mejillones, solo nos queda cocinarlos al gusto y disfrutar de ellos. Esta es, con toda seguridad, la tarea más fácil de todas. Ni compra, ni conservación, ni limpieza, el cocinado del mejillón es cosa de coser y cantar aunque para que nos quede jugoso y en su punto es imprescindible no pasarse de cocción y observar unos pequeños trucos.

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El recipiente en el que los cocinemos será amplio, para que los mejillones tengan espacio para abrirse sin estar apelotonados, y dispondrá de tapa. Para los mejillones cocinados al vapor este es un requisito indispensable. Si no tenemos un recipiente amplio, necesitaremos menear un par de veces el mismo para que los mejillones se muevan y los que están en el fondo no se cuezan más que los que están arriba.

No es necesario añadir líquido al recipiente, aunque tampoco les hace mal verter un poco de agua en la base. El tiempo de cocción adecuado oscila alrededor de los cinco a siete minutos, pero el mejor indicador es que las conchas se hayan abierto. Si alguno sigue cerrado después de este tiempo es porque está muerto así que lo desechamos.

Los mejillones sueltan un líquido maravilloso y con mucho sabor que podemos usar después de colar por una estameña o colador de tela para retirar restos de tierra. Lo podemos utilizar para potenciar el sabor de caldos de pescado, para hacer salsas, arroces, etc. Es un potenciador de sabor fabuloso y lo podemos congelar si no lo vamos a usar en el momento.

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Ahora que ya sabéis todo sobre el mejillón y que este molusco no tiene secretos para vosotros, podéis poner en práctica nuestros consejos para limpiar y cocinar mejillones con este montón de deliciosas recetas para disfrutarlos.

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