Las vajillas de Sargadelos: de una pequeña aldea gallega al New York Times

Las vajillas de Sargadelos: de una pequeña aldea gallega al New York Times
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Es difícil entrar en una casa gallega y no encontrar algún producto de Sargadelos. Aunque solo sea uno. Si nos vamos a la comarca de A Mariña Lucense, ya hablaríamos de una misión imposible. Desde los más afortunados, que recibieron una vajilla completa como regalo de boda, hasta quienes tienen abandonado en un mueble del salón la figura de la Torre de Hércules que recibieron como regalo de jubilación.

Para cualquiera de los que hemos crecido en la zona, es difícil calibrar la repercusión de la marca fuera de su ámbito local, así que, cuando hace algo más de una década, nos topamos con un artículo, nada más y nada menos que en el New York Times, alabando sus productos, la sorpresa fue algo impactante. Sargadelos es tendencia para vestir las mesas en todo el mundo, y hoy nos acercamos a su historia y su proceso de producción para entender por qué.

Vajillas Sargadelos

Cómo nació Sargadelos

La cerámica de Sargadelos toma su nombre de la pequeña aldea del ayuntamiento de Cervo (Lugo) en la que se fundó la primera fábrica de cerámica y en la que todavía hoy se encuentra su centro de producción. En 1806, Antonio Raimundo Ibáñez eligió este lugar para fundar una empresa siderúrgica que, pronto, se convirtió en fábrica de loza, aprovechando lo que todavía hoy es la gran baza de Sargadelos: la calidad de los yacimientos de caolín presentes en la zona.

Fabrica Original
Grabado de la primera fábrica de Sargadelos (activa entre 1806 y 1875)

Su primer momento de esplendor lo vivió alrededor de 1830, cuando se producían unas 20.000 piezas anuales de cerámica. En 1849, ya trabajaban en la fábrica más de 1.000 familias. En 1875, sin embargo, cerró sus puertas, tras una serie de conflictos familiares. Sargadelos quedó, durante muchas décadas, como solo un mito en la memoria colectiva.

En 1949, abrió cerca de A Coruña la fábrica de cerámicas de O Castro. Era el comienzo del nuevo Sargadelos, y pronto alcanzó expansión internacional en la llamada quinta provincia gallega, Buenos Aires, con la creación de la Fábrica A Magdalena. Los diseños de esta nueva etapa se centraban en motivos abstractos y geométricos con reminiscencias de la arquitectura tradicional gallega. Fue en 1968 cuando comenzaron las obras de la planta de Sargadelos en la ubicación en que había nacido todo, en Cervo (Lugo).

Fabrica Cervo
Vista aérea del complejo Sargadelos en Cervo (Lugo), inaugurado en 1970.

Isaac Díaz Pardo, reconocido intelectual gallego, fue quien estuvo detrás de la recuperación de la fábrica de Sargadelos. Cuentan las mujeres de la zona que, en aquella época, el propio Isaac iba casa por casa preguntando a las chicas si querían trabajar en una fábrica que iba a abrir. Y casi todas aceptaron. El porcentaje de mujeres de la zona que trabajan o trabajaron en Sargadelos es casi del 100%.

El proceso de creación de una vajilla

Para conocer los procesos de calidad que rodean a Sargadelos, hemos visitado su centro de producción en Cervo y hablado con una extrabajadora. Lala García trabajó durante 40 años en la fábrica de Sargadelos, desde que era una adolescente hasta su reciente jubilación. La mayor parte de su carrera transcurrió decorando figuras decorativas y servicios de mesa. Es difícil encontrar a alguien que conozca mejor los entresijos de la producción de Sargadelos.

Mquina Platos
Una de las primeras máquinas de fabricación de platos, de tecnología propia

Empezamos preguntándole por el proceso de producción de cada pieza, que nos resume de la siguiente manera:

  1. Se aplica a la masa cerámica un trompo con el molde del plato, que es el que le da la forma.

  2. Va a una mufla para quedar bizcochado. Se denomina así a la fase del proceso en que el plato ya es algo más duro, pero aún se puede romper con la mano.

  3. Se repasa para eliminar aristas y se sopla para quitar el polvo.

  4. Se decora, a mano o con pistola, dependiendo del modelo.

  5. Se da un baño de barniz a la pieza y se vuelve a limpiar.

  6. Se introduce al horno a aproximadamente 1.800 grados.

  7. Se clasifican las piezas. Es el proceso de control de calidad, posiblemente el más estricto de la producción. Cualquier plato con el color mal repartido, la plantilla o la forma del plato ligeramente torcidos, rayaduras o burbujas, por ejemplo, queda descartado.

  8. Pasa a embalaje y expedición.

¿Merece la pena pagar 1.800 euros por una vajilla de Sargadelos?

Para entender por qué se pagan más de 1.000 euros por una vajilla de Sargadelos (una vajilla completa oscila entre los 900 y los 1.800 euros, aproximadamente, dependiendo del modelo), quizá el punto más determinante sea ese control de calidad del que hablábamos. Es difícil que un ojo profano encuentre los defectos por los que las piezas son descartadas. Aquí no hay calcomanías e incluso las plantillas se cortaban a mano, con cutter, hasta hace pocos años. La importancia de lo manual es clave. Por ejemplo, en el modelo V2, uno de los que parecen más sencillos, la uniformidad del color depende de la pericia de la decoradora en aplicar la presión exacta a la pistola. Cualquier variación lleva a que el plato tenga que descartarse, lo que convierte esta vajilla en una de las más caras del catálogo.

V 2
Vajilla modelo V2

La resistencia de las piezas es otro de sus puntos fuertes. Todas las piezas pueden ir no solo al lavaplatos y al microondas, sino también al horno convencional e incluso a la cocina de gas. La calidad del caolín con el que se crea la pasta cerámica es fundamental para conseguirla.

Los decorados son, al fin y al cabo, la cara por la que conocemos a Sargadelos. La mayoría de ellos tienen relación con la cultura o la tradición gallega, como el Monférico (inspirado en la fachada del monasterio de Monfero, en A Coruña), el Burela (que imita las formas geométricas de un balconada histórica de este pueblo lucense), el Galerías (inspirado en las decoraciones de las galerías típicas de la ciudad de A Coruña) o el Armañá (inspirado en un mosaico romano encontrado en la calle homónima de Lugo). El color azul cobalto característico, combinado con blanco y, en ocasiones, con otros colores, son inconfundibles y difíciles de imitar.

Viz
Vajilla modelo Viz

Hay tres factores que determinan el precio de una vajilla: el tiempo, el trabajo y el color. Como regla general, cuanto más color tenga una pieza, más cara resultará. La palma, en esto, se la lleva la vajilla Toxo, la joya de la corona de cuantas se producen en la fábrica de Cervo.

Toxo
Vajilla modelo Toxo

Sargadelos es hoy tendencia, no solo en casas particulares, sino también en restauración. De hecho, la verdadera tendencia es hacerse con una vajilla variada, con una pieza de cada modelo. Es la fórmula que utilizan en varios establecimientos en Galicia y, por ejemplo, en el restaurante Petit Comité de Barcelona.

Petit Comite
Restaurante Petit Comité (Barcelona)

Otros productos

Sargadelos no son solo vajillas o juegos de café. Otro de los productos estrella de la factoría son las figuras, que representan desde animales hasta escritores, pasando por figuras tradicionales gallegas. También hay en lo decorativo espacio para la funcionalidad: huchas, productos de tocador, lámparas y hasta un ajedrez.

Meninas
Meninas decorativas en distintos tamaños y colores

La joyería es otro de los puntos fuertes de Sargadelos. Los colgantes con fetiches de la tradición cultural gallega son uno de sus productos más populares desde hace muchos años, en parte debido a que es lo más low cost que podemos encontrar en la marca. A la joyería más tradicional se ha unido recientemente una nueva colección, más moderna y muy veraniega.

Collabahia
Collar Bahía, de la nueva colección de complementos de Sargadelos

Dónde encontrarlas

Las tiendas oficiales de Sargadelos se llaman galerías. Se pueden encontrar en las principales ciudades de Galicia, además de en los dos centros de producción de la marca. La crisis, y un proceso de suspensión de pagos (ya superado), se llevó por delante las galerías de Serrano, en Madrid, de Barcelona, Sevilla y otras ciudades.

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Galería de Sargadelos, en la calle Real de A Coruña

Hoy, sus productos pueden comprarse en los centros de El Corte Inglés, en joyerías y otras tiendas especializadas, además de en puntos de venta oficiales en Japón, Australia, Reino Unido, Suiza, Francia (el exclusivo Le Bon Marché de París, por ejemplo) o Estados Unidos. Incluso en La Habana se encuentra un curioso centro de interpretación en el que se pueden adquirir también productos. Y, por supuesto, también es posible comprar online a través de su página web.

Más info en: Facebook | Twitter | Instagram.

Imágenes | Sargadelos.

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