Tengo ya más que comprobado que disfruto mucho más de las comidas calientes en la temporada de otoño-invierno, pero no puedo negar que ahora apetecen platos más frescos. Superadísimas las ensaladas típicas y aburridas de lechuga-tomate, los tubérculos son una buena base para hacerlas más saciantes, como en esta ensalada de patata y langostinos con vinagreta de lima.
He añadido además huevas de lumpo al conjunto porque tienen muchísimo sabor y combinan bien con las típicas colas de langostinos cocidos que tantos platos improvisados nos solucionan. Siempre me ha gustado aliñar a chorro las patatas cocidas con limón, pero creo que la lima aporta un toque aromático y fresco distinto estupendo para un plato con aire marinero.
Lavar y secar las patatas. Cocerlas en abundante agua salada hasta que estén tiernas, pero ligeramente firmes (que se puedan atravesar sin problemas con un palillo). También se pueden cocer al vapor o en el microondas. Dejar enfriar y pelarlas, si se desea.
Lavar las hierbas frescas y el pimiento verde picante. Otra opción es usar medio pimiento verde italiano, aunque los pimientos picantes frescos que se pueden encontrar en el supermercado solo tienen un toquecito picantón. Quitar las semillas y el rabito y picar.
Picar también las hierbas, reservando un poco de cebollino y una hoja de albahaca para la vinagreta. Cortar las patatas y disponer en una fuente. Añadir pimentón, salpimentar ligeramente y mezclar con las hierbas y el pimiento. Agregar los langostinos cocidos y las huevas.
Colocar en un cuenco el aceite de oliva, la ralladura de una lima, los zumos, el cebollino y la albahaca reservados. Añadir ajo granulado y chile en copos al gusto, y batir bien para formar una vinagreta homogénea. Aliñar, mezclar y dejar enfriar media hora.
Con qué tomar la ensalada de patata y langostinos
Para dos personas esta receta de ensalada de patata y langostinos con vinagreta de lima es un buen plato único, quizá mejor si lo acompañamos de una sopa o crema fría a la hora de la comida, y un poco de buen pan. Es recomendable dejarla enfriar un poco aunque templada también está muy rica. Otra opción es servirla de guarnición en un menú más completo de barbacoa o pescado a la parrilla.
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