Nuevo giro en la guerra legislativa contra los productos vegetales. Tras haber permitido su uso en 2020, el Parlamento Europeo ha votado este miércoles a favor de prohibir el uso de términos como 'hamburguesa', 'bistec' o 'salchicha' a productos elaborados con ingredientes de origen vegetal.
Se trata de la iniciativa presentada por la eurodiputada francesa de centroderecha Céline Imart, autora de la enmienda que busca defender los intereses de la industria agraria y ganadera. “Un bistec, un escalope o una salchicha son productos de nuestra ganadería, no arte de laboratorio ni productos vegetales. Existe la necesidad de transparencia y claridad para el consumidor y el reconocimiento del trabajo de nuestros agricultores”, afirma Imer, quien también se dedica al cultivo de cereales en su país.
La propuesta de modificar el actual reglamento no ha pillado por sorpresa, especialmente tras la propuesta este verano de la Comisión Europea para prohibir el uso de hasta 29 términos en la comercialización de productos de origen vegetal. Pese a que en 2020 el Parlamento rechazó la enmienda que proponía ya entonces que los productos plant based utilicen nombres asociados con productos cárnicos, el giro hacia la derecha del Parlamento ha vuelto a cambiar las tornas.
La iniciativa, que ha salido adelante con 355 votos a favor y 247 en contra, propone aumentar las restricciones que actualmente impone la legislación europea en los términos que pueden usar los productos de origen vegetal, lo que supondría prohibir nombres como hamburguesa vegetal, veggie burger, nuggets vegetales o salchichas de tofu. Se sumarían así a los sucedáneos lácteos, pues la ley ya limita el uso de términos como leche o queso vegetal.
Para poder salir adelante, la enmienda deberá ser aprobada por una mayoría de los 27 estados miembros de la Unión Europea, pero no hay nada seguro. La industria de alimentos vegetales mueve también mucho dinero y hay países, como Alemania, que podrían salir muy perjudicados en el caso de aprobarse esta medida.
“Los consumidores no son estúpidos”
El diputado alemán Manfred Weber, presidente del Partido Popular Europeo de centroderecha, se ha mostrado particularmente molesto por tener que invertir tiempo en esta votación, afirmando que no es una prioridad en su partido. “Los consumidores no son estúpidos cuando van a los supermercados y compran sus productos”, declaró antes de la votación.
Es Francia el país que más está insistiendo en limitar al máximo el vocabulario de los productos vegetales, con el apoyo y la presión del sector ganadero y agrario detrás. El país ya vio cómo el Tribunal de Justicia de la Unión Europea legislaba en su contra, determinando en 2024 que ningún país de la Unión puede prohibir a los alimentos elaborados con proteínas vegetales comercializarse con nombres equivalentes a alimentos tradicionalmente cárnicos.
Los defensores de esta propuesta afirman que, además de defender a los productores europeos, buscan proteger al consumidor, pero la oposición rechaza esta idea. “Un tomate corazón de buey no tiene carne de vacuno... Los ladyfingers ['dedos de dama', un tipo de galleta] no están hechos de dedos reales. Confiemos en los consumidores y acabemos con este populismo de perritos calientes”, zanjaba Anna Stürgkh, eurodiputada del grupo de centro austriaco Renew.
Una opinión que comparten tanto los grupos ecologistas como asociaciones vegetarianas y veganas, y que parece respaldada por los propios consumidores. Un estudio elaborado en 2020 por la Organización Europea de Consumidores (BEUC), desveló que a la mayoría de la población europea no le preocupa el uso de nombres vinculados a la carne, siempre que el producto esté bien etiquetado como vegetariano o vegano.
Ahora la pelota vuelve a estar en el tejado de la Comisión Europea, que debe valorar la iniciativa y votar si la misma pasará finalmente a convertirse en ley. Se espera que las negociaciones comiencen en las próximas semanas y se proceda a la votación a finales de este año.
Imágenes | Beyond Meat
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