Hubo un tiempo en el que el fútbol apenas iba más allá, si de comer hablábamos, de unas patatas fritas, de pipas comidas con ansia mientras los goles no llegaban o, como es normal, del clásico bocata que servía para entretener a nuestras mandíbulas durante el descanso, dando una merecida pausa a la voz y al griterío.
Sin embargo, los tiempos cambian y también cambia el fútbol con ellos. Tanto es así que ahora la gastronomía y el deporte rey se unen bajo el paraguas de LaLiga en un sports bar que Javier Tebas, presidente de la competición, y Javier Thiebaut, presidente de Aramark y responsable de restauración del proyecto, han alumbrado.
En en número 53 de la Gran Vía Madrileña, 600 metros cuadrados de espacio con capacidad para más de 180 personas servirán de acomodo para una experiencia con el fútbol como protagonista en un sports bar.
Pantallas para seguir los diferentes partidos, espacios de exhibición con trofeos y camisetas, zona de sports, un pequeño graderío para simular la emoción del fútbol y comida, mucha comida. Tapas, platos clásicos, hamburguesas, perritos calientes y una oferta potente de bocadillos, fiel a la restauración habitual de los campos de fútbol —con un poquito más de mimo— son los mimbres de LaLiga TwentyNine’s, que homenajea al año que comenzó la competición.
Una pequeña punta de casticismo que tiene cabida a costa de tapas de patatas bravas, pero también de croquetas o, cómo no, el fundamental plato de jamón ibérico. De hecho, hasta tiene cabida el bocadillo de calamares, que comparten telón con platos algo más internacionales y que siempre funcionan.
Es el caso del sándwich club, la ensalada César o burrata de Puglia, además de opciones veganas y vegetarianas. Como curiosidad futbolera, también destacaría el postre Balón de Oro (que es una panacotta de mango), y que seguro que Benzema está dispuesto a encargar este año.
Imágenes | LaLiga TwentyNine’s
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