La gastronomía del cerdo

En España, una de las carnes que más se consume es la de cerdo. Tiene cantidad de proteínas, hierro y calcio, pero claro, dependiendo de la parte del animal que se consuma. Por ejemplo, no serán las mismas calorías en el lomo (155 calorías) del cerdo que en la panceta (412 calorías).

Para conseguir mayor calidad gastronómica cocinando el cerdo, hay que conocer las claves para acertar a la hora del guiso, es decir:

Si se trata de un solomillo, como es la parte más jugosa y tierna, es idónea para freir o asar.

Si es cadera, babilla o tapa (carnes magras resultantes del deshuesado del jamón) debemos emplearlas para freir u hornear.

Las chuletas de aguja son super tiernas y jugosas, pero tienen hueso, y son ideales para freir o asar a la plancha.

El codillo es la parte media de la pata, también con hueso, lo que la hace más sabrosa aunque un poco dura. Se cocina asada o cocida para resaltar su jugosidad.

La panceta, la más calórica, entreverada de grasa, se suele utilizar para hacer fritos y sofritos, aunque en algunos países es la reina de las barbacoas.

Las costillas son deliciosas, aunque nos dejan con ganas por falta de chicha. Las solemos incorporar a guisos o asados, y fritas están buenísimas.

La cinta de lomo se sirve adobada, guisada, frita o a la plancha, es estupenda para los bocadillos.

La paletilla se suele consumir siempre asada, es una carne limpia y jugosa de la pata delantera.

Las chuletas de lomo y riñonada son también super tiernas e ideales para freir o hacer a la brasa. Son porciones formadas por el lomo o el costillar.

La careta ya no gusta a tanta gente, pero quien la disfruta la hace a la brasa.

Los pies del cerdo también se aprovechan, se hacen guisados y su salsa los hace aún más sabrosos (eso dicen, a mi no me gustan).

El morro, frito, es ideal para aperitivos.

Y además de todo esto, no podemos olvidarnos de lo que más se consume del cerdo, los buenos embutidos y el botillo del Bierzo.

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