Disminuye el consumo del cava, pero no por el boicot de los productos catalanes

Decir cava ya no implica directamente al producto catalán, cavas de La Rioja, Extremadura, Aragón y la Comunidad Valenciana han visto incrementadas sus ventas gracias al boicot que sufrieron y sufren los productos catalanes. Han sido tres años resintiendo al mercado ofrecido por los catalanes con productos de gran calidad, donde la balanza se ha inclinado a favor de los competidores directos, cava catalán vs el resto de cavas.

Las bodegas existentes en España han aumentado, pasado de las 80 que había en 1980 a las 268 que hay en la actualidad, desde nuestro punto de vista personal, una mayor cantidad de bodegas permite mayor competencia resultando un producto final inmejorable a disposición del consumidor. De todos modos, la máxima concentración de la elaboración del cava se mantiene en Cataluña y siguen manteniendo una alta cuota de mercado, quizás en un futuro esto cambie.

Pero a todo esto, hay un dato que resulta inalterable, el consumo del cava es al igual que el de vino, inferior cada año y no es por el boicot a los productos catalanes, como indica Gabriel Giró, secretario general del Consejo Regulador del Cava, “en España sólo se compra cava para brindar” y así es en muchos casos, las estadísticas dicen que en nuestro país consumimos tres botellas de cava por persona y año, mientras que en Alemania, donde va buena parte de nuestra producción, consumen siete.

Producimos una gran cantidad de cava, el pasado año hasta 202 millones de botellas, pero no llegaron a 100 millones las que se quedaron en el país, el resto paso a manos de los consumidores europeos.

“En casa del herrero, cuchara de palo”, quizás nos haga falta un poco más de cultura del cava, a muchos nos han enseñado que es una bebida para brindar, para celebrar algo y aunque el cava tiene mucho campo de maridaje, se suele degustar una vez finalizada la comida, con los postres.

También harían falta algunas modificaciones en los precios de mercado, a la baja claro. Otra opción es acudir a las pequeñas bodegas que venden un cava de calidad realmente envidiable y a un precio mucho más asequible.

Pero puede surgir un debate, si tomamos vino normalmente y esperan que consumamos cava de igual modo, cuando haya algo que celebrar ¿con qué brindaremos?, ¿qué será motivo de ser compartido en dicha celebración?

Vía | El Mundo

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