Durante más de un año, su escritora ha ido visitando cementerios de doce estados, replicando luego las preparaciones
Desde el RIP o el DEP, dependiendo del país, hasta "una taza de harina bien colmada". Así podría resumirse el libro que Rosie Grant ha publicado a costa de una curiosa y, quizá macabra, colección de recetas de cocina: están inscritas en tumbas.
Frente a epitafios tibios o a la simple mención de las fechas del fallecimiento –y su nombre–, claro, algunas tumbas originales decidieron ir más allá y representar (puede que también a costa del más allá) las credenciales de los finados para que se les honre en la cocina a costa de haber dejado sus recetas grabadas en piedra.
No al modo romano, sino sobre sus lápidas y monumentos funerarios. Así, en el libro To Die For: A Cookbook of Gravestone Recipes, de momento solo en inglés y publicado el pasado siete de octubre, Rosie Grant recorre 40 tumbas en las que han quedado documentadas las recetas.
Todo parte de un proyecto de investigación de la propia Grant, que ha ido narrando en primera persona en su cuenta de Instagram (@ghostlyarchive, por si queréis echar un vistazo), donde ha ido no solo recopilando las recetas palmarias que vemos en el libro, sino que también ha contactado con los familiares de los difuntos para conocer las razones del plato o de por qué quisieron que sus credenciales para dejar el mundo de los vinos fueran un postre o una de sus comidas preferidas.
Sin embargo, la idea surgió durante la pandemia, y que Grant estaba realizando un máster de biblioteconomía en la Universidad de Maryland, entre cuyas prácticas estaba trabajar en el Cementerio del Congreso de Washington, donde digitalizaba archivos.
Así llegó a una primera receta lapidaria, en el barrio de Brooklyn, ya investigando en la curiosidad de la propia Grant y, a medida que avanzaba en sus pesquisas, sus seguidores de TikTok le iban dando pistas de más lugares en los que había lápidas con recetas.
Así pasó de las primeras Spritz Cookies a empezar a cocinar, tras haber recopilado más de 100 vídeos distintos, las recetas que había ido viendo por los distintos camposantos estadounidenses.
To Die For: A Cookbook of Gravestone Recipes
No obstante, el trabajo no ha sido nada fácil, como la propia Grant explicaba en la web estadounidense Eater, porque no solo se trataba de encontrar recetas, sino también de intentar que los herederos de esas personas hablasen con ella, una tarea que no fue nada sencilla porque muchos de los descendientes también habían fallecido o eran difíciles de encontrar.
Aún así, Grant visitó doce estados distintos y ha conseguido documentar nada menos que 40 tumbas con recetas, contando no solo el plato, sino la historia que hay detrás de la persona que está allí enterrada y por qué, por ejemplo, una salsa Ranch o un sencillo bizcocho tienen un paso más para vivir en la posteridad.
Imágenes | Rosie Grant
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