Sin IA ni escuela de negocios, este cartel de helados de Frigo del año 1990 es una lección magistral de marketing incluso en 2025

Que el Frigopie estuviera abajo y los Cuore arriba no era una casualidad ni un capricho de diseño

Jaime de las Heras

Editor Senior

En el año 2025, hablar de estrategias comerciales pasa por meter en el saco muchas palabras en inglés, de hablar de digitalización y de lucir muchos másteres de escuelas de negocios.

En el año 1990, la tesitura era bien diferente y, sin embargo, con menos ciencia –al menos en teoría– algunas marcas hacían auténticas florituras para llevarse al gato al agua.

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Como sucede con este cartel de helados de Frigo, datado del año 1990, cuando las dos Españas oscilaban entre ser de Camy –que luego compraría Nestlé– o ser de Frigo, mientras otras marcas como La Menorquina o Avidesa también luchaban por hacerse un hueco en el corazón veraniego de los españoles con sus helados.

Nostalgia aparte, viendo precios y helados que ahora nos parecen gigantes, Juan Berlanga, un agente comercial, ha revelado en LinkedIn los secretos de un aparentemente inocente cartel de helados que, en realidad, es toda una estrategia de venta que haría palidecer a los popes que hablan de la inteligencia artificial en el siglo XXI.

Y todo a base de colores, posicionamiento y segmentación visual. Casi nada. En este caso, en una carta en la que ya vemos algunos iconos de Frigo como el Calippo, el Drácula, el Minimilk o el Frigopié, vamos percibiendo una estructura creciente en el coste de cada helado.

En la parte baja de la carta, a la altura de los ojos de los niños, brotan los polos y los helados en la acepción más clara que conocemos: aquellos hechos a base de hielo. También son los más baratos y, por definición, aquellos que se podían permitir los niños con sus pagas semanales o los que sus padres estarían dispuestos a comprarles, muy por delante de helados que ya superasen la barrera de las cien pesetas.

De hecho, la estrategia comercial previa apunta a la forma. Aunque ahora un adulto nostálgico se pueda comer un Frigopie o un Frigodedo, lo cierto es que son helados planteados para niños, por textura y forma, lo que posibilita su presencia en la parte baja de la carta.

Arriba, los helados aspiracionales: los conos y los bombones helados, ya con más presencia de chocolate y mucho menos vinculado al tradicional polo, brillan con los Negrito o el Superchoc, dos iconos de Frigo, antes del advenimiento de los Mágnum y los Cornetto.

En ese sentido, explica Berlanga que la experiencia también influye. "Colores más elegantes y fondos claros en la zona premium" que, a su juicio, "transmiten calidad y calma", mientras que en la parte baja predominan "colores cálidos y saturados en la zona infantil" los cuales "impulsan la emoción y la acción".

Imágenes | TodoColección

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