Admitámoslo, por mucho que les pongamos filtros, la mayoría de nuestras fotos de comida en Instagram son ignorables. Sin embargo, no es culpa del medio, pues con Instagram también se pueden hacer buenas fotos de comida, tal y como demuestra la fotógrafa Cindy Loughridge, que cada día nos da un recital de cómo hacer fotografía gastronómica.
Sin grandes pretensiones ni filtros, Cindy convierte la escena más cotidiana en una obra de arte gracias a su manejo de la luz, la composición y el color, ya sea con su móvil o cualquiera de sus muchas cámaras analógicas (no os perdáis tampoco su proyecto 365 days of coffee).
Poco más puedo decir sobre el trabajo de Cindy Loughridge que no digan sus propias fotos, así que lo mejor es que os deje con una pequeña galería de imágenes y os invite a seguirla en Instagram, porque aunque no todas sus fotos son gastronómicas, podemos aprender mucho de todas ellas.
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En Directo al Paladar | Dirty Dishes, los platos sucios de Ratamala
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