Gastarse el dinero en unas almejas buenas para acabar bañándolas con el primer resto de vino que tienes por casa me parece un sacrilegio
Las almejas a la marinera son una de las recetas más sencillamente complejas que podemos hacer con este bivalvo. Clásico de las mesas de Navidad, pero también de bares y barras, la marinera –nunca nadie supo el porqué del nombre– no deja de ser una forma fácil de lucirse, pero necesitan cariño y buenos ingredientes.
Está claro que puedes comprar almejas de más o menos calidad, o esmerarte más o menos con el sofrito, pero si, además, utilizas un vino mejor para perfumarlas, el resultado final te lo agradecerá bastante.
Normalmente, cuando cocinamos con vino, solemos recurrir a las referencias más baratas del supermercado o, directamente, a vinos que se anuncian como 'para guisar', pero a mí no me convencen ninguna de las dos maneras.
Especialmente si te vas a dejar un buen dinero comprando almejas de calidad y luego las vas a resolver con el primer vino ramplón que tengas por casa, aprovechando un culín que lleva días abierto.
Por eso, creo que cualquier versión de almejas a la marinera gana bastante si se hacen con un vino un poquito de más calidad y, si hablamos de vinos que son perfectos para cocinar marisco, pocos pueden equipararse con los vinos generosos andaluces como los finos, las manzanillas o los amontillados.
Para algunos, de hecho, será casi un sacrilegio bautizar con alguno de estos vinos a unas almejas, pero yo creo que multiplican su sabor y su prestancia sin que nos andemos complicando la vida.
Como ya te contamos en nuestra receta de almejas a la marinera, la gracia de la preparación está en conservar el agua que sueltan. Yo, de hecho, te recomiendo que abras las almejas con un poco de agua y un poco de vino.
Luego, tras el sofrito, incorporaremos el resto del vino y dejaremos que evapore el alcohol. Aquí es donde está el paso clave y donde yo no dudaría en elegir un buen vino, razón por la que os traemos tres referencias que le van bien a las almejas en la cazuela, como maridaje y también para que lo tengáis en casa para otras recetas en las que se necesite perfumar.
Qué vinos utilizar para hacer las almejas a la marinera
Si quieres un perfil salino, pero no muy intenso, sino más bien refrescante, las mejores alternativas llegan con las manzanillas de Sanlúcar de Barrameda o con algún fino de El Puerto de Santa María como este Lustau Puerto Fino que, además, es perfecto para un aperitivo con un poco de jamón y unas almendras.
Lustau Puerto Fino.
Algo más rotundo, con un perfil más seco y penetrante, pero también delicado, es el Fino Pando Williams and Humbert, ya apuntando maneras para ser un posible amontillado, y que dejará ese regusto de madera y caoba agradable en las almejas.
Fino Pando Williams and Humbert
Y el plus ultra, sin gastar mucho pero asegurando el tiro, Alfonso Oloroso, una de las joyas más asequibles en calidad-precio de González-Byass y que mantiene un perfil aún fresco, aunque acompañado de esas notas de frutos secos y vainilla tan especiales que le va de perlas al marisco.
Alfonso Oloroso. González-Byass.
Los tres, sin gastarte una fortuna, te permiten salir de vino del súper y, además de ofrecerte una referencia ganadora en la copa, también te van a dar mucho juego en cocina. Aunque algunos lo consideren un sacrilegio.
Imágenes | iStock
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