La empresa irlandesa propone una escapada estética a Italia con vajillas y detalles para un desayuno de película o de influencer
Hay quien viaja a la Costa Amalfitana y vuelve con una colección de fotos para Instagram. Otros simplemente entran en Primark y lo consiguen más rápido. El nuevo catálogo estival de la marca propone desayunos estéticamente cuidados que, aunque no tengan mar de fondo, sí consiguen evocar las terrazas soleadas de un hotel boutique italiano.
Olvida el tazón de cereales de siempre y que se cae a trozos. Lo que se lleva ahora son las vajillas estampadas, los manteles a rayas y los limones —mejor si son de atrezo— repartidos por la mesa. El objetivo no es desayunar, es crear atmósfera, y para eso Primark ha hecho los deberes.
Eso sí, la experiencia amalfitana no incluye ni vistas al Tirreno ni camareros con acento del sur. Pero por menos de lo que cuesta un zumo en Capri, uno puede montarse su propio brunch con vajilla de cerámica esmaltada, vasos estriados y cucharillas en tonos pastel.
La clave está en los detalles de esta colección: bandejas con forma de hoja, servilletas con estampado de rayas y platos decorados con frutas mediterráneas. Todo diseñado para elevar hasta el croissant más industrial y hacer que el café con leche luzca como un espresso italiano. Eso sí, en el terreno de las apariencias.
Los accesorios de este estilo están pensados para quienes no quieren renunciar al "efecto Pinterest", pero tampoco desean hipotecar su sueldo en una tienda de decoración o en un viaje en temporada alta. Lo interesante es que todo forma parte de una colección de temporada con precios más que accesibles.
Un giro pop
El estilo recuerda a las vajillas artesanas de la costa italiana, pero con un giro pop que las hace más ligeras y funcionales. Los colores vivos, las texturas de rafia y las formas redondeadas convierten una mesa aburrida en una escena casi cinematográfica.
Eso sí, no todo es decoración: la idea también empuja a tomarse el desayuno con calma, sentarse al aire libre, poner música italiana de fondo (qué tal ‘Felicità’) y, por qué no, sacar una foto para el recuerdo. Lo importante es vivir el momento y cuidar los pequeños placeres.
En tiempos donde todo es rápido y funcional, un desayuno decorado con mimo puede ser casi un acto de resistencia estética. Y si además puedes conseguirlo por menos de 20 euros en Primark, quizá no haga falta coger un avión para vivir algo medianamente mediterráneo desde el corazón de la Meseta.
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