El color de pintura más de moda para pintar tu casa si no eres un defensor a ultranza del blanco: sufrido, pero luminoso

Una paleta natural y serena que transforma tu hogar con solo una mano de pintura

Joana Costa

Editor

Pintar las paredes sigue siendo una de las formas más sencillas y económicas de renovar cualquier espacio. Si durante años el blanco fue el rey absoluto, hoy son cada vez más los que se atreven a experimentar con el color. 

Y entre las tendencias más equilibradas y sofisticadas destaca una combinación que nunca falla: verde oliva y beige. Lo mejor de este dueto es que no necesitas invertir en nuevos muebles ni redecorar por completo: seguramente ya tienes muebles beige, tipo nórdico, en casa.

Basta con aplicar estos tonos en las paredes para conseguir una atmósfera más cálida, moderna y acogedora, aprovechando los muebles neutros que ya tienes en casa. El beige de sofás, alfombras o cortinas actúa como base, mientras el verde oliva aporta profundidad y elegancia.

El verde oliva es un tono terroso, entre el verde y el marrón, que evoca naturaleza y calma. Su carácter sobrio pero envolvente lo convierte en un color perfecto para salones y dormitorios, donde se busca equilibrio visual. Combinado con beige o crema, suaviza la luz y genera una sensación de bienestar similar a la de los interiores escandinavos o mediterráneos.

Solo una pared

Una buena idea es pintar solo una pared principal, como la del cabecero del dormitorio o la del sofá del salón, en verde oliva. El resto de las paredes pueden quedar en un beige neutro para mantener la armonía. Este contraste sutil crea un punto focal elegante sin recargar el ambiente.

Si prefieres un estilo más actual, puedes jugar con formas geométricas o franjas verticales y horizontales que combinen ambos tonos. Este efecto aporta dinamismo y hace que los techos parezcan más altos o las habitaciones más amplias.

Materiales naturales

Además, esta paleta es muy fácil de complementar con materiales naturales: madera clara, mimbre, lino o cerámica artesanal realzan aún más el efecto acogedor. Los textiles en tonos arena o terracota también se integran perfectamente, aportando textura y calidez al conjunto.

A la hora de pintar, conviene elegir la época adecuada. Primavera y otoño son los momentos ideales, ya que las temperaturas moderadas y la menor humedad favorecen un secado perfecto sin marcas de brocha ni olor persistente. 

La pintura se adhiere mejor si se aplica en horas frescas, preferiblemente por la mañana o al final de la tarde. La temperatura ambiente perfecta se sitúa entre los 10 y los 30 grados. 

Por debajo o por encima de ese rango, el secado puede ser irregular. Así que si estás pensando en cambiar el aspecto de tu casa sin hacer reformas, el verde oliva y el beige son la pareja cromática perfecta: elegante, relajante y compatible con todo lo que ya tienes.

Foto | Google IA

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