Dentro del boom de los vinos andaluces, esta uva brilla con luz propia tanto en la provincia gaditana como fuera de ella
La provincia de Cádiz es mundialmente conocida por la fama universal de los vinos generosos que se elaboran en el Marco de Jerez y en Sanlúcar de Barrameda, habiendo extendido el éxito de estos vinos, ya sean finos, manzanillas, amontillados, olorosos, cream o medium a lo largo y ancho del mundo. También de sus vinos tranquilos, popularmente –aunque no siempre correcta– llamados vinos de pasto.
Todos ellos con un patrón común: la elaboración mayoritaria con la uva palomino fino. Pero no todo en la provincia de Cádiz, si hablamos de vinos, habla el idioma del vino blanco, o de los generosos. También hay tintos. No muchos, es evidente; pero sí los suficientes como para reivindicarlos y, sobre todo, hablar de la uva que les da mayoritaria vida: la tintilla de Rota.
Pocos nombres pueden ser más evidentes, claro. Tintilla, por ser una uva de grano menudo y muy oscuro de color. De Rota, aún más por la evidencia, por haber sido común en los alrededores de esta localidad, aunque estudios recientes confirman que genéticamente es la misma variedad que la graciano riojana.
Eso no quita, y tiene sentido, que en Cádiz consideren que la tintilla de Rota tiene características propias que ha ido adquiriendo con el paso del tiempo, especialmente en cómo se comporta en una zona más cálida, con menos precipitaciones y más horas de sol.
Por eso, los vinos que llevan tintilla de Rota suelen ser jugosos y carnosos, antaño quizá con demasiado azúcar y su posterior grado alcohólico, pero ahora la cosa ha cambiado. Y para bien, pues se ha conseguido hacer vinos más frescos, capaces de aguantar perfectamente un copeo o una comida, y de no ser pesados aún siendo rotundos.
Nuevos elaboradores y bodegas que han querido poner en valor a la tintilla de Rota, bien sea sola –en monovarietales– o en vinos con ensamblaje con otras variedades, y el resultado merece la pena descubrirlo en referencias como estas. Algunas de ellas, incluso, han tentado a críticos especializados como Tim Atkin o a The Wine Advocate, la publicación de Robert Parker.
El Triángulo 2023
Luis Pérez es uno de los nombres propios del reverdecer de los laureles de los vinos de Jerez y, también, uno de los que ha puesto el foco en ampliar los horizontes con la tintilla de Rota. Buena prueba de ello da El Triángulo, un monovarietal jugoso, crujiente y muy frutal al que Robert Parker dio 92 puntos en la añada de 2023.
El Triángulo 2023. IGP Cádiz.
Vino fácil de beber, al que le va bien un poco de fresco en botella, que apenas llega con un grado de 13,5%, lo cual lo hace más ligero de lo habitual para este tipo de tintos, con buena acidez, muestra de la preocupación de Pérez porque la uva no sobremadurase. Un tesoro por menos de 20 euros y un vinazo que sirve para hacerse el entendido en petit comité.
Iceni 2022
Bodegas Tesalia no presume de tener un abolengo de generaciones de bodegueros, pero sí de provenir de una familia –los Golding– que está enamorada del vino y de Cádiz. Al punto de que hace apenas 10 años levantaron una bodega en Arcos de la Frontera donde, aunque también trabajan variedades foráneas bien adaptadas a la zona, apostaron por la tintilla de Rota.
Iceni 2022. IGP Cádiz.
Iceni, por poco más de diez euros, es su vino de entrada y en él –un ensamblaje al 50% de tintilla con syrah– vas a encontrar un vino carnoso, de boca muy frutal, casi desbordante, pero de medidísimo grado (apenas 14º de alcohol), lo que lo convierte en un vino disfrutón para aquellos que les gustan los vinos muy frutosos.
Forlong Rosado 2024
Es cierto que este Forlong Rosado es hacernos una trampa al solitario, pero merece la pena porque demuestra que la tintilla de Rota no solo se debe atar a los tintos rotundos, sino que cuando se vendimia con mimo y se prensa con cuidado, puede dar forma a rosados interesantes que sabe unir frescura y cuerpo, sin pasarse de frenada.
Forlong Rosado 2024. IGP Cádiz.
Una joya, vaya; que encima está en tu mano por diez euros, y que supone todo un acicate para entregarse sin compasión a los rosados con sentido –sin caer en vinos desleídos– y para entrar de lleno en el universo Forlong.
Finca Moncloa 2021
Puedes estar pensando, tras ver que hablamos de tintos frutosos y de rosados, que la tintilla de Rota solo vale actualmente para hacer tintos frescos o jovenes; Finca Moncloa es una buena demostración de que hay vida más allá de los vinos jóvenes con la tintilla.
Finca Moncloa 2021. IGP Cádiz.
En este caso, utilizando un ensamblaje con otras uvas como syrah, cabernet sauvignon y petit verdot, sumado a la tintilla de Rota y una paso por barrica de doce meses lo convierte en un crianza pulido, fino y que no está exento de jugosidad para un tinto gastronómico que ha encandilado Tim Atkin en la añada de 2021, premiándolo con 91 puntos.
La Encina del Inglés Tinto 2023
Esto es, en otro modo, otra trampa al solitario, pero merece la pena hacerla. La tintilla de Rota no está solo en Cádiz, sino también que en Ronda la encontramos en bodegas como Finca La Melonera, una de las referencias a tener en cuenta dentro de Sierras de Málaga por su trabajo de recuperación de variedades autóctonas.
La Encina del Inglés tinto 2023. DOP Sierras de Málaga.
En este caso, La Encina del Inglés mezcla un 50% de tintilla de Rota con cabernet sauvignon (30%) y garnacha (20%) que acaba ofreciendo un vino fresco y jugoso, fácil de beber, muy redondo, que es perfecto tanto como gastronómico como para copear.
Imagen | Finca La Melonera
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