Un proyecto sencillo, sostenible y económico que mejora la productividad de tu pequeño cultivo urbano
Empezar un huerto urbano no requiere tener una finca, pero sí algo de imaginación sostenible. Entre las múltiples soluciones para cultivar en espacios pequeños, los bancales elevados son una de las favoritas. Y si además se construyen con materiales reciclados, la victoria es doble: cultivas verdura y conciencia ecológica.
Según el experto en huertas del blog La Huertina de Toni, para aprovechar al máximo el espacio resulta ideal construir un bancal de un metro cuadrado y elevado, algo que resulta muy fácil para los principiantes. El bancal reciclado es un proyecto DIY de baja dificultad que transforma cualquier terraza en un espacio productivo.
La idea es sencilla: crear una estructura rectangular, delimitada, que contenga tierra fértil. Aporta orden, evita pisar la tierra de cultivo y mejora el drenaje. Y sí, también queda muy bien en Instagram, aunque eso sea lo de menos. Lo importante es que funciona.
Paso a paso
El primer paso es elegir materiales. Palés de madera, maderas de obra abandonadas, bloques de hormigón, piezas de una vieja estantería… Cualquier elemento resistente puede servir. Asegúrate de que no tengan restos de barnices o productos tóxicos.
Una vez definido el tamaño del bancal (siempre en función del espacio disponible), se ensamblan los bordes como un cajón sin fondo. Si usas madera, refuerza las esquinas con escuadras o clavos resistentes. En el fondo se puede colocar una capa de cartón o tela geotextil para evitar que crezcan malas hierbas desde abajo.
Mezcla de tierra
Después, se rellena con una mezcla de tierra vegetal, compost y fibra de coco o perlita para mejorar el drenaje. Esta mezcla ligera y fértil hará que tus cultivos crezcan más sanos y rápido. Los bancales elevados también permiten controlar mejor la humedad y reducir plagas.
Entre sus ventajas está el aprovechamiento vertical, el orden visual y la posibilidad de adaptarlos a cualquier rincón. Además, trabajar en ellos cansa menos la espalda que hacerlo directamente en el suelo. Es una solución cómoda y productiva.
Orientación hacia el sur
Para mantenerlo bonito, puedes pintarlo con aceite de linaza o barniz ecológico, siempre que no toque el sustrato. Si el entorno es soleado, lo mejor es colocar los bancales orientados al sur y proteger las plantas con una malla o semisombra si hace mucho calor.
Los bancales reciclados son más que un método de cultivo: son un pequeño manifiesto. Demuestran que con creatividad y residuos se puede producir vida. Y aunque el tomate no sea gourmet, el gesto lo es.
Foto | Freepik/IA
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