Un método fácil y económico que permite enraizar la planta sin tierra y llenar la casa de verde sin complicaciones
El poto o potus es una de esas plantas que siempre funcionan: crece rápido, tolera espacios con poca luz y apenas exige mantenimiento. Esta versatilidad explica por qué es tan popular en interiores y por qué muchos la eligen para empezar a convivir con plantas sin miedo al fracaso.
Entre sus curiosidades hay un método poco conocido que permite enraizar un esqueje con algo tan cotidiano como una esponja húmeda (y limpia). La idea es simple: la esponja actúa como soporte, mantiene la humedad estable y ofrece la ventilación necesaria para que las raíces aparezcan sin necesidad de un sustrato desde el primer día.
El funcionamiento tiene lógica: el potus puede enraizar fácilmente en agua; por eso no necesita tierra para dar sus primeros pasos. La esponja sostiene el tallo sin ahogarlo, retiene la humedad exacta que requieren las raíces jóvenes y, además, permite observar la evolución casi en directo.
Un esqueje y una esponja
El proceso es sencillo. Se necesita un esqueje de unos 10 a 15 centímetros con al menos un nudo. La esponja, nueva y sin perfumes, se humedece y se escurre. Con una tijera se abre una ranura en el centro y ahí se coloca el tallo, dejando las hojas afuera para que no se empapen. La esponja se apoya en la boca de un frasco con agua, de modo que la base del tallo toque apenas el líquido.
El frasco debe colocarse en un sitio con luz natural indirecta, evitando el sol directo. Cambiar el agua cada tres días ayuda a prevenir hongos y mantiene el ambiente limpio para el crecimiento de las raíces. Es un hábito simple que marca la diferencia entre un esqueje que prospera y uno que se estanca.
Raíces blancas
A los 10 o 20 días empiezan a aparecer raíces blancas, finas y alargadas. Cuando alcanzan los 3 o 4 centímetros, el potus puede pasar a una maceta con tierra o seguir viviendo en agua, dependiendo del estilo de cada hogar. Si se quiere convertirlo en enredadera, basta con darle algo de altura o guías por donde trepar.
Este tipo de plantas de interior contribuyen a mejorar la humedad relativa y la calidad del aire en espacios reducidos. El potus destaca por su resistencia, su capacidad para adaptarse a distintas condiciones y su rápido crecimiento incluso con cuidados mínimos.
Por todo eso, esta especie se mantiene entre las favoritas para decorar. Su follaje abundante, sus tonos verdes y la facilidad con la que se multiplica la convierten en una opción accesible para dar vida a cualquier ambiente, incluso empezando con algo tan modesto como una esponja de cocina.
Foto | IA / Pexels
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