El remedio casero más eficaz para frenar la invasión de pulgones sin acabar con todo lo verde a tu paso
Hay una escena clásica en todo huerto doméstico: las plantas lucen sanas, el sol brilla, todo parece ir bien hasta que te acercas y ves esas pequeñas manchas negras o verdes bajo las hojas. Bienvenidos, los pulgones han hecho check-in.
Estos diminutos invasores succionan la savia, deforman brotes y convierten el jardín en un buffet libre. No avisan, no descansan, y si no actúas rápido, transforman el cultivo en un problemón vegetal.
Los pesticidas funcionan, sí, pero (lo sabemos) normalmente a costa de cargarse también a mariquitas, abejas y otros aliados. Por suerte, hay un remedio casero que se ha convertido en favorito de jardineros urbanos: jabón y agua.
Con jabón potásico
La mezcla básica es simple: un litro de agua tibia con una cucharada de jabón potásico o jabón neutro. Se agita bien y se pulveriza sobre las zonas afectadas. El jabón rompe la protección del pulgón y lo elimina sin dejar residuos.
Eso sí, hay que aplicarlo a última hora de la tarde, para evitar quemar las hojas al sol. También es importante repetirlo cada 3 días durante una semana para asegurarse de que no queda una colonia latente.
Si quieres reforzar la fórmula, añade unas gotas de aceite de neem o un poco de alcohol. No se trata de cocinar a los bichos, sino de hacerles entender que están en territorio hostil.
Otra ventaja: este remedio no afecta a las plantas. Puedes usarlo en rosales, lechugas, albahaca o lo que te apetezca cultivar. Solo hay que evitar saturar y dejar que las hojas respiren.
El poder de las ortigas
Quienes prefieren opciones aún más naturales pueden hacer infusión de ajo o de ortiga, colarla y usarla como repelente. Es menos inmediata, pero ayuda a prevenir nuevas invasiones futuras.
Trampas vistosas
También puedes instalar trampas de color amarillo con pegamento, que atraen y atrapan sin usar tóxicos. Y si tienes suerte, aparecerán mariquitas: son el enemigo natural por excelencia del pulgón.
El objetivo no es exterminar, sino equilibrar. Un pulgón ocasional no mata, pero dejarles montar un festival en tus plantas puede arruinar la temporada. Y este remedio te da ventaja sin quemar el entorno.
Foto | Philipp Fahlbusch
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