
Es barato, ecológico, y no daña a las plantas ni al medio ambiente. El jabón potásico es el arma verde contra pulgones, cochinillas y mosca blanca
Quien tiene jardín, tiene batalla. Contra las plagas, contra el viento, contra las decisiones de riego. Pero en esa lucha, hay un aliado que suena a química y huele a huerto: el jabón potásico.
Este producto es un insecticida natural que actúa por contacto. No intoxica, no quema y no deja residuos. Sirve para eliminar insectos de cuerpo blando sin alterar el equilibrio ecológico del jardín.
Se usa diluido en agua (10 mililitros por litro) y se pulveriza sobre las hojas afectadas. Es importante aplicarlo al atardecer, para evitar que el sol dañe las hojas mojadas. La constancia es clave: cada tres días hasta ver mejora.
Funciona especialmente bien contra pulgones, mosca blanca, cochinilla algodonosa y otras plagas que se alimentan de savia. Las asfixia sin necesidad de veneno. Y lo mejor: no mata abejas ni mariquitas.
También sirve para limpiar la melaza (esa sustancia pegajosa que dejan los insectos) y prevenir la aparición de hongos. En climas húmedos, su uso preventivo es tan útil como el riego.
Qué es
El jabón potásico es un insecticida natural elaborado a partir de sales potásicas de ácidos grasos. Su función principal es eliminar insectos de cuerpo blando como pulgones, cochinillas o mosca blanca, actuando por contacto sin dañar la planta ni el entorno.
A diferencia de los pesticidas, el jabón potásico no deja residuos tóxicos, no afecta a insectos beneficiosos, y puede aplicarse tanto en cultivos comestibles como ornamentales. Además, su uso frecuente ayuda a prevenir nuevas infestaciones, manteniendo el equilibrio del ecosistema doméstico.
Una buena alternativa
El jabón potásico no sustituye una buena planificación hortícola, pero ayuda a mantener el equilibrio. Y frente a los pesticidas, es una alternativa limpia, segura y eficaz.
Además, se puede fabricar en casa con ingredientes como aceite vegetal, potasa cáustica y agua destilada. Aunque lo más práctico es comprarlo ya preparado: su precio ronda los 6-8 euros por litro.
No todo lo natural es inofensivo, pero en este caso, sí lo es y funciona. Con un pulverizador y algo de rutina, el jardín vuelve a respirar y uno puede dedicarse a mirar las hojas sin encontrar bichos.
Foto | Prostooleh/Freepik
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