Las aspiradoras verticales o de mano, sin cable, son mucho más prácticas que las escobas
Cocines mucho o poco, tengas familia numerosa o vivas en pareja o completamente independiente, la cocina se ensucia constantemente. Si encima tiene acceso al exterior en forma de lavadero o terracita, mucho más, por no hablar de si hay mascotas en medio; el caso es que el suelo nunca parece estar limpio. Siempre recuerdo a mi madre escoba en mano, pero yo hace tiempo que me pasé al aspirador, un ayudante mucho más eficiente para lidiar con la suciedad diaria.
Mantener la cocina limpia sin morir en el intento es cuestión de rutinas y algunos trucos. El uso constante y todo lo que conlleva la acción de cocinar y lidiar con alimentos y bebidas deja su huella, y no queremos que se acumule la suciedad por cuestión tanto de estética como de higiene y seguridad sanitaria. Y en cuanto llega el buen tiempo, los insectos están al acecho de cualquier miguita o resto de alimento que caiga al suelo. Algo que parece ocurrir constantemente sin parar.
Barrer varias veces a diario es la obsesión de mi madre, que tampoco soportaba ver pelos de nuestro gato danzando sobre las baldosas, sumando las piedrecitas de su arenero que, inevitablemente, se desperdigaban por la casa con sus patitas. En mi caso tengo el mismo inconveniente pero me harté de escobas y cepillos que no recogen todo bien: no hay nada como un aspirador con accesorio de mano para una limpieza diaria rápida, y no solo del suelo.
Todo lo que puedes limpiar con el aspirador
El suelo es lo más obvio, pero si vas a adecentar un poco más la cocina, déjalo para lo último. La regla de limpiar de arriba hacia abajo se aplica aquí a la perfección.
Encimeras y fregadero. Tras recoger todas estas superficies de trastos, vajilla y cualquier objeto, el aspirador permite retirar rápidamente migas, polvo, azúcar, harina, café, restos de perejil, especias... cualquier suciedad seca que haya caído en nuestro trajín culinario.
La placa de cocina. Hayas cocinado o no, en la placa se acumula suciedad de todo tipo, desde polvo al pelo de los animales, sobre todo de gatos trepadores. Y esas malditas migas o restos de café molido, té o harina que parecen volar libres por todas partes. Si tienes fuegos de gas siempre es más peñazo limpiarlos; con el aspirador se retiran esas partículas sólidas sin tener que desmontar todo.
Paredes y superficies elevadas. Sí amigos, el polvo también se acumula en las paredes, especialmente en las zonas altas donde permanece más estático. Por no hablar de la parte superior de muebles y electrodomésticos, como la nevera, la campana de cocina, armarios, estantes y puertas. Por suerte, hay aspiradores con diseños en vertical y boquillas extensibles que permiten acceder a espacios altos sin usar escalerillas.
Nevera y horno. Obviamente son electrodmésticos que requieren una rutina de limpieza más específica y regular en función de su uso y suciedad, pero para las migas y esos restos de comida que suelen caer al fondo, simplemente pasa el aspirador en unos segundos. Las boquillas más estrechas son una maravilla para llegar a las rendijas y recovecos.
Pequeños electrodomésticos. Microondas, freidora de aire, tostadora y cafetera son los aparatos pequeños que también acumulan suciedad sólida, especialmente el tostador. Por mucha rejilla recogemigas que tenga, siempre hay restos de pan o miguitas por todas partes; el aspirador las quita de una tacada con su boquilla estrecha. Y es mu útil para retirar el polvo de las rendijas de ventilación.
Cajones y armarios. Es fascinante la cantidad de suciedad que de pronto parece surgir de la nada en el interior de los cajones, sobre todo el de los cubiertos y las especias. Sí, también aquí las migas de pan campan a sus anchas. Y granos de arroz o semillas, restos de café, azúcar o sal, polvo... saca los cubiertos y utensilios y pasa el aspirador para no dejar alimento libre a insectos.
El suelo. Al limpiar todo lo demás habrá caído más suciedad al suelo, por eso es mejor dejarlo para el final. Barrer es mucho menos efectivo que pasar el aspirador aspirando entre baldosas, rendijas, bajo los muebles, en esquinas, detrás de la mesa, bajo las patas de los muebles... también en las alfombras si tienes alguna en la cocina. Cuando el suelo esté especialmente sucio, tras aspirar siempre es recomendable fregar bien para retirar todo el polvo no visible y desinfectar, empezando desde la zona más alejada de la puerta.
Y un consejo final: ten el aspirador siempre cargado. Da mucha rabia necesitar usarlo y que esté sin batería.
Imágenes | Freepik- Cecotec - Shark
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