Huevos carlistas. Receta

Para contrarrestar un poco las recetas ligeras que he preparado estos días atrás, hoy os traigo una pequeña bomba calórica y de sabor, unos huevos carlistas que quitan el hipo.

El inocente empanado exterior esconde un interior compuesto de un huevo frito acompañado de una espesa bechamel, que dota al conjunto de un gran sabor y una textura muy interesante, aunque es un plato que hay que comer con mesura, porque en exceso puede resultar pesado.

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Ingredientes para 4 unidades

6 huevos, 1/2 litro de leche, 40 gr. de mantequilla, 40 gr. de harina, pan rallado, 1/2 limón, aceite, sal y pimienta.

Cómo hacer huevos carlistas

Normalmente mis recetas suelen ser bastante fáciles, pero esta no lo es tanto, porque tiene varios pasos “delicados”, entre ellos el primero de todos, preparar la bechamel, que siempre es un poco tedioso y algo complicado que no quede ningún grumo y espese adecuadamente.

En una cazo ponemos la leche a hervir, mientras, en un sartén, derretimos la mantequilla y luego añadimos la harina hasta formar un pasta blanquecina (el roux), retiramos y dejamos enfriar. Cuando la leche haya hervido, la añadimos poco a poco al roux, removiendo para que no se hagan grumos, luego la cocinamos a fuego medio durante unos 10 minutos removiendo regularmente.

A mi no se me da muy bien la bechamel, así que si ha quedado algún que otro grumo antes de cocerla, podemos pasarla por el chino o darle un golpe suave de batidora.

Una vez tenemos la bechamel, ya fuera del fuego, le añadimos la yema de un huevo y el zumo de medio limón, removemos bien y reservamos. Por otro lado, freímos cuatro huevos en abundante aceite caliente, si es posible, con ayuda de un aro de cocina para que salgan redondos y de la misma forma (algo que no he hecho), pero tampoco es estrictamente necesario.

En un plato ligeramente engrasado disponemos cuatro círculos de bechamel, luego sobre ella colocamos los huevos, tapamos de nuevo con bechamel y dejamos enfriar. Si habéis usado los aros esta tarea será más sencilla y os quedará más bonita que a mi, pero luego no se nota mucho.

Cuando nuestra torre de huevo y bechamel se haya enfriado, nos preparamos para el paso más complicado: empanar. Necesitaremos un poco de harina (normal o de maíz), pan rallado, un huevo batido (y la clara del otro) y mucho arte con las manos (aunque podemos usar una espátula) para que no se nos desmonte la paraeta. El proceso es el de siempre: harina, huevo, pan y vuelta y vuelta a la sartén con aceite caliente.

Por último, retiramos el aceite sobrante con un poco de papel de cocina y ya podemos servir los huevos carlistas para deleite y admiración de nuestros comensales.

Tiempo de elaboración | 1 hora
Dificultad | Media

Degustación

Los huevos carlistas son una explosión de sabor: el huevo, la bechamel, el empanado… todo colabora para que se celebre una fiesta en tu paladar. Lo que pasa es que se pueden hacer un poco pesados, así que mejor solo uno por persona y acompañado de una rica ensalada.

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