El omega-3 tiene múltiples beneficios. Ahora sabemos también que puede reducir la agresividad y los ataques de ira

Si tienes tendencia a experimentar ataques de ira o te da la sensación de estar siempre en un estado constante de enfado, puede que falte omega-3 en tu dieta. Según un estudio reciente, los suplementos de este ácido graso podrían ayudar a reducir la agresividad, sumándose así otro beneficio a los efectos que tiene en la salud cardiovascular y también la mental.

Los ácidos grasos poliinsaturados que conocemos como omega-3 ya han demostrado en investigaciones previas que pueden también ser beneficiosos para prevenir enfermedades ligadas a la química del cerebro como la esquizofrenia, y detrás de muchos problemas de salud mental suele haber de fondo algún problema nutricional, como el déficit de ciertos nutrientes esenciales. Es decir, como apuntan en Science Direct, lo que comemos afecta a nuestro cerebro.

En el trabajo publicado en 2024 la revista Aggression and Violent Behavior, investigadores de la Universidad de Pensilvania realizaron un metaanálisis de 29 ensayos aleatorios previos para evaluar los efectos de los suplementos de omega-3 en la agresividad, contando con datos de 3918 participantes. Y descubrieron que en todos los casos se percibía un efecto, limitado al principio, pero que podía ser notable a corto plazo. En concreto, comprobaron una reducción de la agresividad de hasta el 28 %, partiendo de una amplia variedad de grupos demográficos.

Aunque todavía faltan más estudios, más amplios y de mayor duración, que certifiquen con mayor precisión la relación entre los suplementos de omega-3 y sus efectos en el cerebro, los investigadores están convencidos de sus beneficios y de que ha llegado el momento de considerar introducir esta suplementación para tratar comportamientos violentos en cualquier contexto.

“Como mínimo”, afirma Adrian Raine, uno de los autores, “los padres que busquen tratamiento para un niño agresivo deben saber que, además de cualquier otro tratamiento, una o dos raciones adicionales de pescado a la semana también podrían ayudar”. Aunque no conocemos aún los mecanismos precisos por los que actúa, los investigadores creen que algo relacionado con la manera en la que el omega-3 reduce la inflamación del cerebro podría ayudar a reducir esa agresividad.

No es una solución milagrosa, advierten, pero sí puede ayudar a tratar los problemas de violencia en la sociedad, un beneficio que se suma a los muchos otros que este ácido graso ya ha demostrado tener en la salud.

Recordemos que los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 son esenciales para el ser humano y que debemos ingerirlos a través de la dieta, ya que el organismo es incapaz de producirlos por sí mismos. Esos ácidos grasos se encuentran en el  ácido alfa linolénico (ALA) predominante en alimentos de origen vegetal, así como el ácido eicosapentanoico (EPA) y docosahexanoico (DHA), propios del pescado.

En personas sanas se necesitan ingerir diariamente de 1 a 2 g de omega-3 totales, y entre 250 y 1000 mg de EPA y DHA. Los niños necesitan algo menos, y en otras situaciones, como el embarazo, esos requerimientos aumentan. Además, hay varias patologías en las que la suplementación extra de omega-3 puede ayudar, por ejemplo en estados de depresión, recomendándose un suplemento de entre 1000 y 3000 mg de EPA+DHA diario.

Fuente: Adrian Raine, Lia Brodrick, Omega-3 supplementation reduces aggressive behavior: A meta-analytic review of randomized controlled trials, Aggression and Violent Behavior, Volume 78, 2024, 101956, ISSN 1359-1789.

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