La fiesta de La Boella del aceite nuevo y el vino

Ya hace una semana que fui invitado junto con más amigos bloggers a pasar un día en la finca La Boella para conocer todo lo relativo a los aceites y vinos que allí elaboran. Fue durante la celebración de la fiesta del aceite nuevo y el vino.

La Boella es el nombre que recibe la finca y que dan a sus vinos y aceites, pero no solo es eso. Es un completo dedicado a la restauración y turismo de más alto nivel en todos los aspectos: restaurante, cocinas para hoteles, catering, bodas, hotel, salas de catas, presentaciones de productos, etc. Y todo en un entorno que resulta realmente acogedor.

Aceite de Oliva La Boella

La finca de La Boella tiene una antigüedad de más de ocho siglos pero han sabido adaptarse a las necesidades que pide el sector del aceite de oliva. De hecho es algo que me gustó mucho ver, como priman sus objetivos en la oliva y no tanto en el olivo, en el árbol.

Allí no esperéis ver grandes olivos. Nos explicaron que no quieren cultivar madera, que quieren cultivar olivas y por lo tanto los árboles son más pequeños y delgados que los que podéis tener en mente. La producción y recogida de la oliva tiene el motivo.

Se recoge con unas maquinas que pasan por encima del árbol y a los lados vareándolo de forma automática y recogiendo la oliva sin que toque el suelo. Es la diferencia que nos quisieron remarcar. En el vareo tradicional las olivas caen al suelo y son pisadas por los aceituneros, empezando desde ese momento un proceso de oxidación que no para hasta que la oliva es estrujada horas después.

En cambio, en La Boella, al recogerse con maquinas las olivas, se puede tener el aceite final, sin filtrar, en unos 45 minutos. Evitando de ese modo todo el proceso de oxidación que puede dar peores aceites de oliva virgen extra.

Para producir el aceite solo utilizan métodos físicos, como es el triturado, el batido y la separación y mantienen la temperatura controlada entre los 25 y 27ºC para hacer una extracción en frio. Con la oliva estrujada no hacen nada, de hecho venden esa pasta a la industria secundaria para que esta realice otros tipos de aceites refinados, pero en la finca solo hacen los Virgen Extra. Ahora de dos tipos, filtrado y sin filtrar. Además de las diferentes variedades y una edición coupage de categoría premium.

Variedades de oliva de La Boella

En la finca se cultivas tres tipos de variedades de oliva, arbequina, arbosana y la koroneiki.

La arbequina es la variedad con más extensión de cultivo en Cataluña, y para muchos da el mejor aceite de todos. De hecho, a mi es el que más me gusta. Es el más suave por lo que para ensaladas y en repostería da los mejores resultados.

Es una oliva pequeña, de hecho pesa 1,70 gramos aproximadamente y tuvismo la suerte de poder catar aceite de la temporada pasada y esta nueva, filtrado y sin filtrar. Y tiene un punto realmente rico, al final un poco picante como corresponde y a la vez muy frutal.

La arbosana es una variedad autóctona de Cataluña y se hallaba en peligro de extinción. De hecho la finza de La Boella fue una de las primeras en iniciar su recuperación. La maduración de esta oliva es posterior a la arbequina y se obtienen aceites más amargos y astringentes.

La variedad koroneiki es originaría de Grecia, con ese nombre muy lógico. Es más pequeña que la arbequina y que la arbosana pero también los árboles dan más producción. Da un aceite verde oscuro.

La finca de La Boella tiene el riego automatizado, de tal forma que pueden a lo largo del año proporcionar el agua que necesita la plantación ante épocas de menos lluvias, ya que los olivos en principio no se riegan en ninguna zona de España. Les gusta tener todo controlado, por ejemplo, el tema del grosor de los árboles. Cuando un árbol empieza a tener mucha madera y dar menos olivas, entonces lo quitan y vuelven a plantar nuevos árboles.

Y qué decir sobre la fiesta en sí. Se trata de una tradición de muchas fincas de la zona, que se produce durante los días de recogida de cosecha y elaboración del aceite. En las que las puertas se abren para que todo el que lo desee vaya a disfrutar de unas horas al campo, comer chorizos y pacenta con pan y aceite. Y sobre todo conocer los entresijos de la elaboración del aceite.

También, por cierto, probamos los vinos, pero eso es otra historia. Hoy querido reflejar lo que más me gustó de la visita, en mi opinión el tema de los aceites de oliva virgen extra es mucho más atractivo de contar y también más desconocido.

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