Con su perfil sinuoso atravesando un impresionante cañón, el Ebro nos regala uno de los parajes más bonitos y sorprendentes de la Península Ibérica
Para descubrir paisajes increíbles y perderse en la naturaleza más sorprendente no hace falta siempre irse muy lejos. Los fiordos noruegos o islandeses sin duda merecen la pena, pero en España también tenemos parajes de una belleza sobrecogedora que pueden pasar más desapercibidos. El poderoso río Ebro, por ejemplo, nos regala lugares tan espectaculares como las Hoces del Sobrón.
Se les suele llamar los fiordos burgaleses porque, a pesar de que no es el mar el que penetra en tierra, el paisaje que dibujan las aguas del río atravesando el espectacular desfiladero recuerda inevitablemente a las postales noruegas. En un territorio compartido entre las provincias de Álava y Burgos, el Ebro atraviesa un desfiladero pronunciado con unas formaciones rocosas muy peculiares de gran valor geológico, también refugio de numerosas especies de fauna salvaje, como aves rapaces, y una rica flora.
Gracias a la construcción del embalse de Sobrón, en Álava, el Ebro calma sus aguas al adentrarse en el interior peninsular, llegando normalmente muy caudaloso y apaciguado al valle de Tobalina, comunicándolo con la zona de Miranda de Ebro en su camino hacia el Mediterráneo. Así, entre la Sierra de Arcena y los Montes Obarenes, el desfiladero dibuja un paisaje de gran belleza y valor ambiental donde confluyen los climas atlántico y mediterráneo, y ofrece multitud de rutas y opciones de turismo activo para los amantes de la naturaleza.
Son muchos los recorridos señalados que parten desde distintos puntos estratégicos o poblaciones del entorno, con itinerarios de diferente longitud y dificultad, aptos tanto para senderistas como aficionados a la bicicleta. Rutas que siguen la orilla del río y atraviesan pistas forestales, antiguas veredas, pequeñas villas, explotaciones ganaderas y campos agrícolas, también colinas, montes, praderas y frondosos bosques. Siempre con el Ebro de compañero y un paisaje que regala vistas espectaculares se mire donde se mire.
Uno de los puntos más visitados por senderistas es el Parque Natural Montes Obarenes-San Zadornil, que recoge las últimas estribaciones de la Sierra Cantábrica. Además del pintoresco paisaje salpicado de cañones y otras formaciones geológicas, es una zona de gran importancia a nivel de conservación de la naturaleza, pues en sus tierras habitan especies como gatos monteses, nutrias, jabalíes, corzos, visones o rapaces, como buitres o quebrantahuesos, en peligro de extinción.
Los centros de visitantes y de interpretación animan a recorrer la diversidad del entorno con diferentes actividades, siempre respetuosas con el medio ambiente, conjugando el turismo activo con el patrimonio cultural, pues es una tierra donde se conservan numerosos monumentos religiosos, además de construcciones populares y pueblos pintorescos.
Imágenes | Turismo de Burgos - Wikimedia Commons/Rowanwindwhistler
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