La Comisión Federal contra el Racismo de Suiza ha criticado duramente la medida
La Villa de Porrentruy está situada en el noroeste de Suiza, en la parte más septentrional del cantón de Jura, a escasos cinco kilómetros de la frontera francesa.
Aunque no es una población especialmente turística, recibe múltiples visitantes franceses en verano. Visitantes que, a la vista del comunicado que ha publicado el Ayuntamiento en su página web, no son muy bien recibidos.
“Desde el comienzo de la temporada de verano, más de veinte personas han sido expulsadas y se les ha prohibido el acceso a la piscina municipal debido a comportamiento inapropiado, falta de civismo e incumplimiento de las normas de la piscina”, asegura el Ayuntamiento en el comunicado.
Es por esto que las autoridades municipales han decidido limitar el acceso la piscina hasta el 31 de agosto a los “ciudadanos suizos, titulares de un permiso de residencia y titulares de un permiso de trabajo suizo válido”.
Una medida muy polémica
Aunque la medida, aseguran las autoridades, se ha tomado debido “a la alta afluencia de público de los últimos días”, lo cierto es que tiene un claro tufo racista que no ha sentado nada bien, ni siquiera en Suiza.
El Gobierno del cantón de Jura ha pedido una reunión con las autoridades municipales de Porrentruy, a petición de la Comisión Federal contra el Racismo. Y es que la medida no parece destinada a prohibir la entrada a los franceses, sino solo a un tipo concreto de franceses, los que residen en todos los municipios que rodean al cantón. Algo que no ocultan algunos políticos.
En una columna de opinión titulada ¿Eres racista o realista?, publicada en el diario suizo Blick, Alfred Heer, empresario y miembro del Consejo Nacional del Partido Popular Suizo (UDC) en Zúrich, asegura que los motivos para prohibir el acceso de extranjeros a la piscina “son el acoso, los manoseos y las agresiones a las mujeres, el baño en calzoncillos y abdomen y el comportamiento recalcitrante hacia los socorristas y el personal de seguridad”.
“Le haré una pregunta específica”, asegura el político de derechas. “Debes responderlas en sentido figurado en tu cabeza. Lo mejor es cerrar los ojos durante unos segundos, producir la imagen en la cabeza, abrir los ojos y sólo entonces seguir leyendo. La pregunta es: ¿cómo crees que son los franceses que tienen prohibido las piscinas? Por favor, cierra los ojos. Felicitaciones, ha imaginado la imagen correcta y, por lo tanto, se considera realista en su percepción”.
Pero, por mucho que el Ayuntamiento y los políticos de derechas defiendan la medida, no está claro siquiera si es Constitucional. Así lo cree al menos Stéphane Grodecki, profesor de derecho público en la Universidad de Ginebra, que en declaraciones a RTS ha asegurado que “una restricción tan generalizada puede plantear un problema en cuanto a la prohibición de discriminación, que está garantizada por la Constitución, si los criterios utilizados no son objetivos”.
El cantón espera que el municipio suspenda la prohibición de nadar “lo antes posible y tan pronto como la situación lo permita, y no solo pasado el 31 de agosto”.
Imágenes | vgabusi/JoachimKohlerBremen
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