Tan sencillos como saludables: estos son los platos que han marcado la infancia y vida de Karlos Arguiñano

Arguinano

A punto de cumplir 77 años, el chef guipuzcoano repasa parte de su historia y platos en 'Cocina abierta'

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Jaime de las Heras

Editor Senior

Karlos Arguiñano es muchas cosas, pero ante todo es un pozo sin fondo de sabiduría popular, de tradición, de buen rollo y de chistes malos que, contados por él, alcanzan la categoría de graciosos, aunque incluso a su hijo Joseba no le hagan siempre gracia.

Pero, además de ser el cocinero más popular de España y llevar casi cuarenta años haciendo televisión, también es un tipo humilde al que aún no se le vislumbra retirada y que en cada uno de sus programas en Cocina abierta, aunque habla de ese futuro, también habla del pasado.

Lo cierto es que el cocinero de Beasain rara vez desaprovecha el púlpito que Atresmedia le ofrece para, además, ofrecer su particular visión de la vida cotidiana –política incluida– o para, de vez en cuando, echar la vista atrás a nivel familiar.

Algo que ha hecho recientemente en uno de sus programas cuando un televidente le pidió que hiciera una receta que le recordaba a su abuela. En ese sentido, Arguiñano, que perdió hace pocos años a Pepita Urquiola, su madre, de la que ha hablado muchísimo en el programa, insistía en hacer memoria de esos platos míticos que le recordaban a su casa.

"Yo tengo recuerdos de las empanadillas de bonito de mi madre, de las alubias rojas con morcilla de Beasain, puerros con patatas, carne con tomate... Platos sencillos, lo que había en casa en aquella época…", algo que explicaba con cierta emoción y que, en otras ocasiones, le ha servido para poner de contrapunto a lo que encontraba en la casa de Luisi Ameztoy, su esposa, cuando eran jóvenes y donde más de una vez ha recordado que allí había canelones o ensaladilla.

Aprovechando además la coyuntura por la que se le pregunta a menudo, pues Arguiñano cumplirá 77 años en septiembre, sigue dando largas a la jubilación o a una retirada, aunque sabe que no es eterno.

"Estoy en el final de mi carrera, que no sé lo que va a durar", aunque matizaba ese tiempo, poniendo sobre la mesa varios escenarios. "Dos, tres o cinco años. No lo sé todavía. Pero no estoy acabado, ni mucho menos. Estoy fresco, tampoco voy a decir como una lechuga... como una acelga", comentaba con gracia.

Imágenes | Atresmedia

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