El truco viral que cambia tu desayuno: cómo conseguir pan crujiente en minutos sin que parezca de ayer
La freidora de aire ya no necesita presentación. Lo que empezó como un electrodoméstico milagroso para cocinar sin aceite se ha convertido en el multiusos favorito de medio mundo. Pero ahora, además de croquetas y patatas, tiene una nueva misión doméstica: resucitar el pan del congelador.
El truco se ha vuelto viral porque soluciona algo tan cotidiano como frustrante. Meter una barra congelada en la tostadora suele acabar mal: migas quemadas, bordes duros y un centro todavía helado. En cambio, con la freidora el resultado es uniforme y crujiente, casi como recién horneado.
El secreto está en el aire caliente que circula de forma constante. Bastan unos minutos a una temperatura de unos 160 °C para que cualquier pan, desde un mollete hasta un croissant, recupere su textura. La diferencia con la tostadora es notable: la freidora calienta sin secar, y mantiene la miga esponjosa.
Más cantidad
Otra ventaja es que permite descongelar más cantidad de una sola vez, sin apilar rebanadas como si fueran cartas. En cinco minutos puedes tener el desayuno de toda la familia listo, y sin el clásico olor a pan quemado que delata las prisas.
En redes sociales abundan los vídeos que lo demuestran, especialmente en TikTok, donde usuarios muestran cómo el pan recupera volumen y brillo tras pasar por la freidora. Lo mejor: no hace falta añadir aceite ni vigilar de cerca el proceso.
Cuidado con estos errores
Es importante que evitar un error común: usar temperaturas demasiado altas. Si se aproxima a los 180 °C, el exterior se tuesta en exceso y el interior queda duro. La clave es poca temperatura y paciencia, como con casi todo lo bueno.
En realidad, algunas freidoras de aire, la mayoría de las que se comercializan en el mercado, incorporan actualmente la función de 'tostar', de manera que resulta bastante difícil equivocarse.
Con este uso extra, la freidora se consolida como el electrodoméstico más versátil de la cocina moderna. Descongela, recalienta, cocina y ahora también rejuvenece el pan. La tostadora, por su parte, empieza a sentir el peso de la obsolescencia.
Quizá no sea el fin del pan duro, pero sí el comienzo de una nueva era de desayunos. La próxima vez que abras el congelador y encuentres ese trozo olvidado, ya sabes: no lo tires, devuélvele la vida con aire caliente.
Foto | Canva IA
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios