Los radiadores se calientan más rápido y desprenden más calor con estas maniobras caseras
La escena es conocida: el termostato sube, la factura también, y aun así hay una habitación que sigue inexplicablemente fresquita. Antes de entrar en la espiral de tocar botones como si se estuviera desactivando una bomba, conviene mirar lo obvio: a veces el radiador funciona bien; lo que falla es lo que hay alrededor.
Sin embargo, hay tres tareas básicas que mejoran el rendimiento, y que pasan por mantener los radiadores despejados, purgar el aire acumulado y eliminar los lodos del circuito. No son trucos de TikTok: son mantenimiento de manual, de los que se notan en confort y consumo.
Nada encima de los radiadores
Primero: dejar respirar al radiador. Esto tiene una explicación muy física: el aire frío entra por la parte inferior del radiador y sale caliente por la superior. Si hay muebles, ropa o cortinas tapándolo, ese ciclo se interrumpe y el calor se desperdicia, perdiendo eficiencia.
Desde HomeServe recomiendan no instalar pequeñas estanterías sobre estos radiadores para tratar de embellecerlos o aprovechar su espacio. La mejor idea, en este caso, es reemplazar el modelo por uno más nuevo para que luzca mejor, conservando así sus prestaciones.
Aquí el hack es poco glamuroso: despejar. Nada encima, nada pegado delante, y si hay cortinas largas, que no hagan de manta térmica involuntaria. Conviene recordar otro punto que suele pasar desapercibido: limpiar el polvo y la pelusa, porque también actúan como barrera y frenan el intercambio de calor.
La purga, siempre
Segundo: purgar el aire. La pista es fácil: si la parte superior está fría mientras la inferior calienta, suele haber aire atrapado en el circuito. Ese aire ocupa el espacio por donde debería circular el agua caliente, y que purgar con una llave específica puede hacerse en minutos y mejora el reparto de calor.
Residuos que bloquean
Tercero: vigilar los lodos (sí, lodos y fangos). Según los expertos en circuitos de agua ByRent, pueden producirse acumulaciones de lodos, una mezcla de óxido, cal y residuos que bloquea la circulación. Además de bajar rendimiento, pueden acabar provocando averías serias en la caldera si no se limpia a tiempo.
Cuando hay lodo, la solución ya no es solo hacer un pequeño gesto: suele tocar limpieza profunda del sistema, y aquí sí tiene sentido tirar de profesional, sobre todo si el síntoma se repite o afecta a varios radiadores.
La idea final es casi tranquilizadora: antes de subir el termostato por impulso, revisar estas tres cosas. Muchos problemas comunes se resuelven sin llamar a nadie y, de paso, el calor deja de comportarse como un huésped tímido que se queda en una esquina del salón.
Foto | Pexels, Freepik
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