Dejar las hojas caídas en tu jardín tiene muchos beneficios: así debes actuar

Contra todo pronóstico, esta práctica tiene numerosos beneficios: es el momento de dejarse ir y confiar en los ciclos naturales

Joana Costa

Editor

Con la llegada del otoño, los jardines se cubren de hojas secas y el instinto suele ser el mismo cada año: sacarlas con el rastrillo y llenar bolsas para tirarlas. Pero los expertos en jardinería ecológica insisten en que esta práctica, aunque parezca inofensiva, puede estar dañando la salud del suelo y reduciendo la biodiversidad de nuestro entorno. 

Dejar las hojas donde caen —o redistribuirlas con criterio— no solo ahorra trabajo, sino que beneficia enormemente a las plantas, los insectos y la estructura del terreno.

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Durante años se pensó que las hojas secas eran basura vegetal o un signo de descuido. Sin embargo, estudios recientes en Estados Unidos y Europa han demostrado que el mantillo natural que generan —una fina capa de materia orgánica— cumple un papel esencial.

En los jardines mediterráneos, donde los suelos suelen ser más pobres y el sol más intenso, esa cobertura vegetal ayuda a retener la humedad, reduce la erosión y protege las raíces de los cambios bruscos de temperatura.

Un refugio para insectos beneficiosos 

Las hojas que caen al suelo se convierten en hogar de miles de pequeños organismos: mariposas, abejas solitarias, escarabajos o lombrices que se refugian bajo ellas durante el invierno. 

Muchos de estos insectos son esenciales para el equilibrio del jardín, ya que polinizan, airean la tierra o eliminan plagas. Al retirar las hojas, sin querer, destruimos su hábitat y reducimos la biodiversidad local.

Mejora del suelo y del ecosistema

Dejar las hojas no solo protege la fauna. También mejora la estructura del suelo, aumentando su contenido en carbono y materia orgánica. A medida que se descomponen, las hojas devuelven nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio, fundamentales para el crecimiento de las plantas. Es, en cierto modo, un abono natural gratuito que enriquece el jardín sin necesidad de productos químicos.

Cómo hacerlo correctamente

Si tu jardín acumula demasiadas hojas, no hace falta dejarlas todas en el mismo lugar. Los expertos recomiendan redistribuirlas bajo los árboles o en zonas de menor tránsito. 

Evita apilarlas en montones gruesos, ya que podrían impedir que los insectos salgan en primavera o favorecer la aparición de hongos. Lo ideal es una capa ligera y uniforme, de unos cinco centímetros, que permita que el suelo respire.

Mejor que compostarlas 

Aunque el compostaje es una alternativa más sostenible que tirarlas, el proceso de descomposición dentro del compostador genera temperaturas demasiado altas que pueden matar a los insectos beneficiosos que se refugian en las hojas. 

Por eso, si quieres contribuir a la biodiversidad de tu jardín, es preferible mantenerlas en su entorno natural o usarlas como mantillo bajo arbustos y árboles.

Aliado contra la sequía

En regiones como Cataluña, la Comunidad Valenciana o Andalucía, las hojas secas son un recurso valioso para conservar la humedad. Forman una barrera natural que reduce la evaporación del agua y evita que la tierra se agriete durante los meses más secos. En jardines de bajo mantenimiento o con especies autóctonas, este sencillo gesto puede marcar la diferencia.

Los sopladores y trituradoras, aunque prácticos, pueden ser tan perjudiciales como retirar las hojas. Al romperlas, destruyen los pequeños refugios naturales y alteran la fauna del suelo. Si realmente necesitas despejar una zona, usa un rastrillo suave y traslada las hojas enteras a otro punto del jardín, como bajo un seto o un árbol.

Cada hoja, una función

Adoptar este enfoque no significa descuidar la estética. Un jardín con hojas es un jardín vivo, que sigue los ritmos naturales del entorno. Puedes combinar esta práctica con un diseño más controlado: delimitar las zonas de paso, limpiar caminos o dejar áreas libres junto a la fachada. Lo importante es permitir que parte de la materia orgánica siga su ciclo natural.

Dejar las hojas caídas en el jardín es una de las formas más simples de contribuir al equilibrio ambiental sin gastar un euro. Cada hoja cumple una función: protege, alimenta y da refugio. Este otoño, antes de encender el soplador, piensa que quizás el mejor cuidado para tu jardín sea simplemente dejar que la naturaleza haga su trabajo.

Fotos | Pexels

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