Esta planta invernal clave en exteriores fríos y también una clara señal de la bajada de las temperaturas en medio del jardín
El invierno suele asociarse a jardines apagados y plantas en reposo. Con la bajada de temperaturas, muchas especies pierden hoja o entran en una fase de letargo que deja los espacios exteriores sin vida aparente.
Sin embargo, hay plantas que rompen con esa lógica estacional: claramente, el brezo es una de ellas y se ha consolidado como una de las especies más apreciadas para dar color durante los meses fríos.
Frente a esta concepción de parón floral o de cierto aburrimiento jardinero, los brezos destacan por su resistencia, su floración invernal y su capacidad para adaptarse a climas fríos o templados.
Flores de rosa a violeta
Sus flores, pequeñas pero abundantes, aparecen en tonos rosados, blancos y violáceos, aportando contraste y vitalidad a jardines, terrazas y balcones en pleno invierno, donde todo languidece y es más bien verde oscuro y grisáceo.
Además, los brezos son plantas poco exigentes. Prefieren suelos ácidos, buen drenaje y una exposición luminosa, sin necesidad de riegos frecuentes ni cuidados complejos. Ellas solas se las apañan bastante bien en medio de la intemperie de diciembre.
Tanto en suelo como en maceta
Funcionan bien tanto en plantación directa en el suelo como en macetas, y, para una mayor facilidad, se combinan bien con otras especies de invierno como coníferas o arbustos de hoja perenne, sin tener incompatibilidades destacadas.
Incluso, quienes deciden plantarlas quedan premiados con una versatilidad casi extrema: su tolerancia al frío las hace especialmente adecuadas para zonas con heladas ocasionales, donde otras plantas no sobreviven.
Por ello, se trata de una opción claramente discreta pero eficaz para mantener el jardín activo cuando el resto del paisaje descansa. Sus tonos nos aportan alegres notas de color ligeras y su facilidad de cultivo no nos atarea demasiado.
Fotos | Pexels
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