Nadie rellena mejor un lavavajillas que quienes han trabajado en un restaurante: estos son sus secretos

Joana Costa

Editor

El lavavajillas es ese aparato que genera más discusiones que cualquier otro electrodoméstico. Colocar bien los platos no es una cuestión de gustos, sino de eficiencia. Y eso, quien ha trabajado en cocina lo tiene claro.

En los restaurantes, cada plato tiene su sitio por una razón. Inclinar los platos hacia el centro, no apilar utensilios y alternar los cubiertos es una cuestión de flujo de agua, no de capricho. Solo con estos tips cada lavado será más eficiente.

En casa, repetir esas reglas tiene beneficios: la limpieza mejora, los ciclos duran menos y se reduce el desgaste del aparato. Pero claro, requiere coherencia en cada carga, así como no ir con prisas y hacerlo todo con cabeza.

Errores comunes: meter sartenes grandes abajo, cubrir los brazos giratorios o colocar copas de cristal sin fijarlas. Y también hay que recordar que los cuchillos afilados boca arriba son un riesgo innecesario.

Los vasos de atrás hacia adelante

Quienes han trabajado en hostelería lo saben bien: los vasos se colocan en el lavavajillas empezando por el fondo. Hacerlo al revés obliga a pasar cada nuevo vaso por encima de los ya colocados, lo que aumenta el riesgo de golpearlos o romperlos. En las cocinas profesionales, esta pauta se repite como un mantra, y rara vez se discute.

Los platos, por tamaños

Agrupar los platos según su diámetro no solo ahorra espacio, también tiempo al vaciar el lavavajillas. Si todos los del mismo tamaño están juntos, se recogen de una sola vez. Quien haya trabajado entre fogones lo aplica en casa con la misma lógica, porque unos segundos de organización se traducen en minutos ganados después.

Los cubiertos, juntos

Colocar cucharas con cucharas, tenedores con tenedores y cuchillos con cuchillos no es manía, es sentido común. El orden facilita tanto el lavado como el vaciado, y reduce el riesgo de cortes o errores al manipularlos.

Los objetos grandes, al fondo

Una fuente o un bol voluminoso se colocan al final del lavavajillas, y en posición vertical si es posible. Así no estorban cuando se añaden más piezas a lo largo del día. Cualquier camarero con experiencia lo dirá sin dudar: anticiparse es parte del trabajo.

Prelavado sí o prelavado no

Otro tip: el prelavado no es opcional en muchos casos. Eliminar restos sólidos evita obstrucciones y mejora el rendimiento. No hace falta fregar: basta con un enjuague previo que también puede ser en seco: basta con pasarle una servilleta usada a la superficie del plato para eliminar los restos.

Revisar los símbolos

Por otro lado, conviene revisar los símbolos de los plásticos antes de meterlos: no todo lo que entra aguanta el calor. Y de vez en cuando, un lavado en vacío con vinagre ayuda a mantener el interior limpio.

Gana la experiencia

Si estás discutiendo con alguien que ha trabajado en un restaurante sobre cómo cargar el lavavajillas, cede: esa persona no solo sabe lo que hace, sino que también ha sobrevivido a la presión de una cocina en hora punta. Y eso, en la jerarquía del lavavajillas, vale más que cualquier argumento.

Colocar bien el lavavajillas no es obsesión: es un ahorro de tiempo, energía y peleas familiares. Si todos siguen el mismo criterio, hasta poner los platos puede ser un acto de paz doméstica.

Foto | Wendelin Jacober y cottonbro studio

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