Apicultura urbana o de balcón

Ayer desde mi balcón vi como una señora mayor corría asustada por la calle, a la vez que daba grandes manotazos al aire. Después de la preocupación inicial, por el estado de la mujer, y después de que algún vecino preguntara si debía llamar a la policía o a la ambulancia, dejo de correr y mientras recuperaba el aire de los pulmones insuflando aire a cortas y rápidas bocanadas consiguió decir - casi me pican, casi me pican -, la buena mujer estaba huyendo de un par de abejas, aunque ella decía que huía de un "jambre". Pensé que menos mal que no estábamos en mitad del campo, ni cerca de algún sitio donde criasen colmenas.

De pronto me surgió la duda ¿se pueden criar abejas dentro de un municipio? ¿Existe lo que podríamos llamar apicultura urbana, de balcón o de jardín?

Después de realizar unas consultas, enseguida descubrí que se puede, que se hace y que según algunos estudios, los panales instalados en centros urbanos producen incluso más cantidad de miel que los instalados en mitad del campo, gracias al hecho que las abejas son más sanas, por la ausencia de pesticidas en las ciudades.

La apicultura urbana está empezando a ser una nueva tendencia de producción de miel para el consumo doméstico, aunque todavía es casi algo anecdótico. En algunos países y en ciudades muy concretas, está permitida esta práctica, como por ejemplo, en Washington o San Francisco en EE.UU, sin embargo en otras del mismo país, como Nueva York está expresamente prohibido.

París ha sido nombrada la capital de la apicultura urbana, por su especial empeño en la promoción de la apicultura de balcón o terraza. Después de su experiencia distintas capitales del resto del mundo, han ido retirando las prohibiciones, con lo que se pueden encontrar paneles en sitios como Berlín, Londres, Tokio, Frankfurt, Múnich, Hamburgo o Vancouver.

Aquí en España, no existe una legislación muy clara al respecto, quizás porque todavía no es una práctica en uso, cosa de agradecer ya que por lo visto la abeja ibérica es más agresiva que sus primas europeas y pica más. A pesar de eso, tengo entendido que existen algunos panales en Barcelona y Madrid, pero de modo experimental. En Córdoba, el ayuntamiento instaló, hace unos años, unos cuantos paneles para que las abejas actuaran como bioindicadores de la calidad del aire, ya que son unos animales extremadamente sensibles a la contaminación ambiental, sobre todos de plomo, cromo y níquel.

Quién sabe si de aquí a un tiempo, se pone de moda eso de recolectar nuestra propia miel y de igual forma que ahora sembramos en tiestos, matas de tomates, pimientos y pepinos, quizás en nada podremos ir a la tienda de animales, comprar un panal pequeñito e instalar nuestra propia colmena, en el jardín, el patio, el tejado o el balcón. Estaremos atentos a los balcones y a las señoras que corran despavoridas por las calles.

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