Una versión de un plato británico que puedes resolver en apenas media hora
Es cierto que no pasará la cocina británica a los anales de la historia como la más rica, elaborada o expresiva, pero tiene algunas recetas que siempre merece tener a mano, aunque puedan no tener tanto de inglesas como a veces pensamos.
Artistas en eso de mezclar purés de patatas con cosas, los británicos llevan a gala hacer sus clásicos pie salados mezclando distintos tipos de carnes con una generosidad cantidad de mushed potatoes y luego llevándolo al horno.
Una virguería barata y deliciosa que tiene distintos nombres, dependiendo del tipo de carne que se utilice. El más purista y potente es el shepherd's pie, o pastel del pastor, que se hace con carne de cordero, pero hay otras versiones como el cottage pie, donde se usa carne picada de ternera.
Nosotros, como sabemos que la carne de ternera ya anda por las nubes, hemos reversionado ese pie, adaptándolo a la carne de pollo, pero siguiendo exactamente los mismos pasos que haríamos con la ternera.
La receta es sencillísima: simplemente tienes que preparar un puré de patatas por un lado, que puedes engordar o ilustrar como prefieras, pero también lo puedes dejar viudo, con apenas un hilo de aceite de oliva. Por el otro, guisar el pollo picado de la manera que más te guste y complicarte tanto como quieras. Luego, hay otras versiones, que también son clásicas, y que consisten en que el pie en cuestión lleve una base de hojaldre, que es como vamos a pensar este pastel de pollo.
Ciencia no tiene ninguna. Simplemente hay que guisar un poco el pollo, troceado o sin trocear, según prefieras, en una cazuela con un poco de cebolla y ajo. Te puedes complicar lo que quieras, como si quieres hacer un pollo guisado con tomate y utilizarlo como base para este plato, pero ten en cuenta que si es mucha la salsa, humedecerá demasiado la base del hojaldre (que puedes comprar en cualquier tienda) y lo que vamos a hacer es cuajarlo un poco con nata.
En nuestra fórmula, hemos añadido panceta antes del pollo, para que dé sabor y quede jugosa. Aparte de ella, cuando tengamos el pollo listo, lo reservamos y en esa cazuela salteamos unos puerros cortados en rodajas y unos champiñones picados. Una vez estén listos y bien secos, integramos el pollo, incorporamos nata y, apenas un minuto después, lo retiramos del fuego y llevamos la mezcla a la base del hojaldre, gratinando en el horno precalentado con un poco de queso mozzarella durante cinco minutos, hasta que esté doradito.
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